— ¿Cómo podía ordenar las abrumadoras emociones que sintió al oírle? Venganza, ella entendía ese concepto aunque no fuera fiel a el. Prefería la felicidad instantánea, llenar su alma con calor y mantener ese sentimiento. La venganza para Gazella era fría, incoherente hasta cierto punto. Tenía en frente una humana inmortal, desbordante de potencial y sólo se veía a sí misma como una vengadora de propósito vacío. Negó, y mostrando por fin una sonrisa al tiempo que bajaba la mirada a su mano.—
No es tu responsabilidad el velar por la seguridad de esas almas. Alteras el orden de las cosas... ¿Sabías cuántos humanos invocan demonios por peticiones? Te sorprendería lo mucho que se necesitan el uno al otro... Yo sé que no puedo vivir sin el contacto humano, también sé que alguien como tú, puede ser mucho más que esto.
