/Las palabras de Gazella... ¿Tenían sentido? Podía percibir como ella, a pesar de todo lo que hubiera podido decir antes, como le tratase, estaba ahí, respondiendo a sus dudas, brindando de su ayuda hacia la incertidumbre que había tomado su ser; le mostró la causa por la que no podía ponerle un arma encima.

Algo más fuerte...
/Repite, en un susurro.
No que que tan cierto sea eso, o que tan lejos estaré de ello. Supongo que con el tiempo descubriré la veracidad de tus palabras.

/En esos momentos ni siquiera podía regañarla o enojarse por lo que dijera o hiciera, desde su tacto hasta la idea de que no se alejara, fueron cosas que pasaron por su cabeza en esos instantes y no se veían del todo como algo negativo, no sabría describirlo como si fuera el calor del momento, o es que realmente provocaba un sentir aparte que había dejado tanto tiempo atrás. Negó con la cabeza, siendo Silvana quién afirmara su agarre contra la mano de esa pelirroja.

No te vuelvas un demonio...

— Emitió una sonrisa muda, a modo de suspiro. Lo podía percibir en la mirada de Silvanna; la falta de certeza, inquietud e inseguridad sobre sí misma.—

Tienes la capacidad de tenerlo todo, hacer todo lo que siempre quisiste... Incluso antes de ser quien eres hoy. Será difícil para ti. Pero, siempre hay algo más fuerte que te hace resurgir de tu miseria. Porque ahora mismo, eres miserable...

— Lo dijo con mucha soltura, sin poder considerarse una agresión. En realidad Gazella tenía cierta empatía hacia la cazadora, y una mezcla de emociones que su lado terrenal le hacían sentir por ella.
Movió la mano, frotando suavemente el pecho de la mujer justo donde sus latidos podían percibirse si se ponía atención.—

Te dejaré en paz, el día que ya no necesites de los demonios como propósito de existir. Mientras no lo hagas, seguiré cerca, y ambas vamos a cumplir nuestro papel.

¿Ser mucho más...?

/Las palabras de Gazella tenían sentido, pues eran verdad; grandes cantidades de humanos que buscan a los demonios para cumplir lo que no consiguen por cuenta propia, el hecho de que ella misma no debería seguir una ruta donde solo busque la matanza de quienes torcieron su camino.
Sin embargo, ¿qué debía hacer con todo ese resentimiento? ¿Qué debería hacer con todo el dolor, el odio que acumuló a lo largo de todos sus años? Por primera vez, dudaba de sus propias acciones, de lo que había hecho desde que tenía memoria, porque alguien dio paso a diferentes preguntas sin respuestas, aquel ser del cual afianzó su agarre, como si no quisiera dejarla ir.

Mis opciones... Son limitadas, ¿qué puedo ser entonces? No tendría sentido mi existencia, yo, que vivo como una cazadora de demonios, ¿dónde está la parte donde puedo ser más? ¿Es acaso posible de lograr?

Pero Anna...

— ¿Cómo podía ordenar las abrumadoras emociones que sintió al oírle? Venganza, ella entendía ese concepto aunque no fuera fiel a el. Prefería la felicidad instantánea, llenar su alma con calor y mantener ese sentimiento.
La venganza para Gazella era fría, incoherente hasta cierto punto.
Tenía en frente una humana inmortal, desbordante de potencial y sólo se veía a sí misma como una vengadora de propósito vacío.
Negó, y mostrando por fin una sonrisa al tiempo que bajaba la mirada a su mano.—

No es tu responsabilidad el velar por la seguridad de esas almas. Alteras el orden de las cosas... ¿Sabías cuántos humanos invocan demonios por peticiones? Te sorprendería lo mucho que se necesitan el uno al otro... Yo sé que no puedo vivir sin el contacto humano, también sé que alguien como tú, puede ser mucho más que esto.

/Suspiró, su actuar en cierto modo se relajó, sin embargo, no abandonó todavía aquella posición, quizá su mente lo veía al instante como algo que no se volvería a repetir. Sostuvo mejor de aquella mano tras esa mayor presión.

No es capricho, es venganza. A ti, los humanos fueron quienes te arrastraron hasta el punto de dejarlo todo atrás. Pero, a mi los demonios me lo arrebataron todo, y me hicieron lo que ahora soy, lo más cercano a un cadáver viviente.

/Fue pronto que su mirada se arrugó, el recuerdo amargo que llegó era momentáneo, pero suficiente para afianzar su propia decisión. Entonces, negó con la cabeza.

Del mismo modo que no quieres volver a ser humana, yo no quiero dejar que los demonios hagan lo que desean con los humanos. Es el camino que elegí.

— Encoge un poco su postura, y no habla de inmediato. Parecía que por primera vez estaba tomándose el momento de escuchar y analizar lo que alguien más decía, sin vociferar lo primero que pensaba.—

Entonces si no es felicidad, es un fuerte capricho. Vives desde hace tanto y tu único objetivo es uno que no tiene fin, uno que ni siquiera te da felicidad. ¿Ese es el punto de ser un humano? Vivir en monotonía, haciendo tareas para los demás.

— Aprieta el pecho de Silvanna, afirmando sus yemas en esa zona. No era por agresividad, sólo un reflejo de lo molesta que se sintió en ese momento.—

No quiero eso para mi. Y tú... deberías buscar un camino mejor.

Así que esta es tu decisión... No puedo hacer nada si es lo que quieres.

/¿Decepción? Sí, en gran manera, ¿tristeza? También, un alma al que le arrebataron la inocencia y solo buscaba como alejarse de todo del peor modo posible, si no era capaz de lograrlo, significa que una vez más había fracasado y habría de vivir con ello.
Ante la pregunta, y por reflejo propio, la diestra termina sobre el dorso contrario, suave y sin intensión de apartarla.

¿Cuánto tiempo crees que he vivido? Cientos, y cientos de años, adaptándome a cada época. A veces, es agotador, pero como dices, es lo que he escogido; no tiene que ver con mi felicidad, sino con lo que quiero lograr, sin pelear por mi, solo peleando por los que no pueden, eso es todo.

No tengo miedo a morir. No te tengo miedo a ti, ni a todos esos humanos con tintes de grandeza que juran ser diferentes, pero tampoco hay salvación para ellos.

— Baja la mirada hacia sus propios pies. Parecía estar siendo regañada por esa cazadora, pero Gazella se negaba a oír razones. Su motivación caprichosa le había cegado y sólo deseaba ser "libre" del prejuicio humano.

Cierra los ojos con un largo y pesado suspiro, para después, posar su mano con suavidad sobre el pecho de la mujer. —

¿Tú eres feliz con el camino que has elegido, Anna? Porque no te ves feliz, y se supone, que estas en el camino correcto.

/Mantuvo silencio, y fue entonces que se mordió el labio. Así que había sido ello. Silvanna se sintió como una persona más que ignorante, estúpido de su parte fue imaginar que las razones era un simple deseo infantil. Ahora, si le abría los ojos hacia esas verdades, ¿cómo podría reaccionar? Ni siquiera podía enojarse con Gazella.

Puede que no haya nada que sanar, pero... El camino por el que vaz, no es algo que debas tomar a la ligera, eso no te hará las cosas tan fáciles, y es probable que si encue tras felicidad, será por un instante.

/Todavía había esperanza, ¿no? Motivos para poder alejarla, que conservara al menos lo poco que queda de su humanidad. Matarla ahí mismo era una opción, evitar que siga propagando el desastre, pero se negaba todavía a ello; quizá, solo quizá, existía una alternativa, mas todo dependía de lo que ella diga.

Si continúas, en un futuro no tendré otra alternativa que asesinarte... Aún estás a tiempo, lo que hayas hecho puede quedarse atrás, cam

—¿Ahora le importaba, teniendo tantas preguntas? La forzosa sonrisa de Gazella seguía presente. No obstante, sus ojos reflejan cierto pesar, y nuevamente su quejumbroso tono se eleva hacia Silvanna.—

He sido señalada, ridiculizada, etiquetada como una persona sin cordura por hacer lo único que me trae felicidad. Me han encerrado, drogado y torturado creyendo que así pueden sanarme... Y la verdad es que no hay nada que sanar, porque no hay nada de malo en mí y ellos me lo hicieron saber.

— No había ningún humano que pudiera entender lo que decía y sentía, a diferencia de los seres que la estaban conduciendo a un nuevo camino. Silvanna no sería la excepción, pero de todas formas, estaba con su mirada firme en ella expresándole con malestar todos esos sentimientos. —

Te sigo, porque parte de mi quiere seguirte. No sé porqué, créeme que me gustaría que no fuera así, pero no tengo control y me siento...débil.