— Encoge un poco su postura, y no habla de inmediato. Parecía que por primera vez estaba tomándose el momento de escuchar y analizar lo que alguien más decía, sin vociferar lo primero que pensaba.—

Entonces si no es felicidad, es un fuerte capricho. Vives desde hace tanto y tu único objetivo es uno que no tiene fin, uno que ni siquiera te da felicidad. ¿Ese es el punto de ser un humano? Vivir en monotonía, haciendo tareas para los demás.

— Aprieta el pecho de Silvanna, afirmando sus yemas en esa zona. No era por agresividad, sólo un reflejo de lo molesta que se sintió en ese momento.—

No quiero eso para mi. Y tú... deberías buscar un camino mejor.