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No sé quién soy, pero me gusta.
About Me
About Me
[center][code][quote][b][i]Si emociona pensarlo... imagínate hacerlo.[/i][/b][/quote][/code]
[code][b][c=#704a4f]Edad:[/c][/b] 19 años.
[b][c=#704a4f]Ocupación:[/c][/b] Estudiante [alias desconocido].
[b][c=#704a4f]Nombre:[/c][/b] Sally Malone.
[b][c=#704a4f]Poder:[/c][/b] ... ¿Comer?
[b][c=#704a4f]Habilidad:[/c][/b] Híper imaginación al punto de la locura.
[b][c=#704a4f]Debilidad:[/c][/b] Las personas.
[b][c=#704a4f]Alias:[/c][/b] La loca.[/code]

[quote]“No se ve bien sino es con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos” —Antoine de Saint-Exupéry, en El Principito.[/quote][/center]

[code][quote][i]Es difícil creer en un mundo en el que tu imaginación es el límite. Para Lucas, Star Wars sólo fue el comienzo; para Tarantino, en la vida no hay imposibles; para Burton, existen nuevas formas de manifestar nuestra oscuridad interior. Si ellos pudieron crear todo un universo, dejando que sus cerebros divagaran, ¿por qué nosotros no podríamos? ¿qué nos impide crear nuestros propios mundos?[/i][/quote][/code]
Dejó que sus ojos corrieran ávidamente por las letras de aquel libro, sintiendo las cosquillas en el estómago que manifestaban la emoción de continuar con la historia. ¿Alguna vez has sentido aquella necesidad, carcomiéndote, de avanzar lo más rápido posible las páginas del libro para conocer el final? Tu vida se detiene, mientras tu mente funciona a mil por hora para develar los secretos que otra persona, quizá tan trastornado como tú, ha creado y compartido. Y la decepción, no la olvides, al llegar a la última página y encontrar un final inconcluso. Si tienes suerte, la historia continuará; sino, la historia se abrazará a tu alma y te atormentará por las noches hasta que encuentres un nuevo mundo que llene el anterior vacío.[center][/center] [i]Salté. Fue un accidente, ¡lo juro! Pero sucedió. Y caí. Me ahogué. Creí que moriría. Trágica forma de perecer. Los periódicos dirían mañana que la niña loca de la calle no le hizo caso a su madre y se precipitó al hielo de forma tonta cuando no sabía esquiar. ¡Pero fue su culpa! Ella no me quiso enseñar. ¡También la de papá, por comprarme los patines de hielo! Pero, cuando sentía que mis pulmones se congelaban y no podía abrir los ojos, una mano me jaló con fuerza. Hacia arriba. Cuando pude volver a la realidad, no estábamos en el hielo. Tampoco en el aburrido y soso Banff. Descubrimos un nuevo mundo. Un viaje pequeñito. Y todos miraban nuestras vestimentas húmedas con pequeños hielos colgando de ellas. Volteé a mirarlo, confundida, asustada y emocionada. ¿Qué habíamos hecho?[/i]