a su entendimiento y sobre todo, conocimiento. Pero ante todo sus instintos le reclamaron recato y un atisbo de timidez antinatural en ella; de nada le serviría su espíritu bélico en ese momento si el espíritu terso de su naturaleza como una joven en años tiernos había sido rasgado apenas superficialmente... No entendía y aquello sólo la dejó con el rostro ladeado a un costado y sus mejillas apenas adornadas de un nimio carmín.— Quítate... Ahora mismo, Archer. —reparó con un pequeño aliento de dignidad aún latente.
El silencio hacía gala de presencia entre ambos, permitiendo el vínculo visual que fue más allá ésta vez, uno que incluso la hizo desviar la mirada bravía por cuestión de segundos al sentir las esquirlas de hielo que ostentaba por ojos ser atravesadas por los ajenos ¿Cómo era posible? Le dio un vuelco en el pecho de sólo ceder... Pero entonces, ahí estaba, el comentario mordaz y autor de su futuro arranque de ira que no demoró en llegar, inmortalizado en sus manos que enseguida buscaron la libertad.— Estás yendo demasiado lejos, Archer. —su mandíbula ejerció presión ¿Ella buscar esto?... ¡¿Qué "esto"?! Para empezar, siquiera estaba enterada de un deseo de ese calibre; por ello, se forcejeó poco más, pero de nada le valió al impulsarse al frente y ocasionar un ínfimo pero evidente roce entre su nariz y la ajena, incluso un delicado encuentro de su aliento al ajeno en uno sólo que no sólo la dejó pasmada, sino que inmóvil pues la sensación era lejana a...
-Advenedizo como el mismo, le dominaba desde las muñecas con sostenida firmeza contra el terreno, mientras él yace con su cuerpo sobre su semejante británico, quién último sería víctima de su pasional y cercana mirada escarlata, aquella que evidencia un fuego pasional y ardiente que buscaba derretir el gélido azul de los ojos ajenos, aquellos que replican una gélida y adusta expresión que más que atenuar su persevero talante, más engloba a las ganas de probar los límites de sus acciones con la dama. Tras unos breves segundos envueltos en el silencio y la contemplación mutua, interrumpió con el son fatuo y confianzudo de su voz, cual respondió burlón ante la petición de su compañera.-
"Dices que me quite, sin embargo... No te veo oponerte a ello con acciones, Saber."
-Dijo al tiempo que sus labios se encorvan con la picardía que le es inherente al Rey de Reyes.-
