— Ey, no tiene ninguna gracia si no te molestas. — Negó con la cabeza, frustrado del rotundo fracaso que hubo de su parte. Dio un tercer trago en su licor, lo suficientemente prolongado como para dejar la lata casi vacía. No le molestaba la cercanía con la muchacha, pero sí podía notar el rubor que se hacía presente en su rostro, y cómo a ella sí parecía estarle afectando un poco más.

— Creo que te estás enfermando. Deberías hacerte revisar por alguien. Tienes toda la pinta de estar contrayendo una fiebre o algo así.

**Evidentemente no pensaba caer en su juego, solo se concentró en disfrutar la cercanía mientras siguió con la mirada fija en el otro. El simple gesto de sonreír, generó un cosquilleo en su estómago al mismo tiempo que se ruborizó sutilmente.** De eso no lo dudo. Eres precioso como para que no caigan con tus encantos. De todas formas, si necesitas que prepare más, avisame.

Dio un corto suspiro de desilusión. ¡Le encantaba molestar un poco a las personas, divertirse con sus múltiples reacciones! Pero en aquella ocasión no tuvo éxito. Sus palabras habían parecido inefectivas en la muchacha. Tal vez había perdido su toque, o tendría que pensar en otra forma de hacerla reaccionar. — No dudo que pedirán más. Con el carisma que yo tengo, siempre piden más. — Y, dicho eso, esbozó una pequeña sonrisa digna de un comercial de Colgate.

**Ante el cariño, se acurrucó tranquilamente en su pecho, disfrutando de las palmadas por muy corto que fue aquel gesto. Seguido alzó su mirada para verle y así sin agregar mucho, sólo le dedicó una amplia sonrisa.** Les gustarán. Procura ser amable y aunque estén feos o ricos, creeme que pedirán más. Es cuestión de carisma. **Evidentemente sabía a lo que se refirió tras nombrar a las feminas, pero no iba a caer en su jueguito.**

Empleó su mano desocupada para darle palmadas suaves y pausadas a la muchacha en la cabeza. Con la otra continuaba sosteniendo su bebida, tras lo cual dio un segundo trago. —No me preocupo mucho. Simplemente deseo que disfruten lo que preparamos. Además... Hay varias chicas lindas a las que les llevaré un poco: Da Vinci, Tomoe, Miaoyi. ¡Claro que quiero que les parezca delicioso y quedar bien con ellas. — Sonrió entretenido, malicioso, clavando la mirada en ella, atento a cuál sería su reacción.

¿Y? ¿Eso que tiene? **Cuestionó mientras terminaba de preparar lo que faltaba, claramente hizo de más para que el otro no se altere y tras terminar fue con este para abrazarle por los costados.** Insisto, te preocupas demasiado. Es comida, además si no me envenené es porque está rica.

— No me llames amorcito. La semana ya pasó. — Bufó otra vez. Abrió la nevera, y extrajo de ahí una lata de cerveza que había dejado enfriando. La abrió, y tras dar un largo trago exhaló un suspiro de satisfacción y de gusto. — Espero que a todos les guste.

**Parpadeó un par de veces tranquila tras escuchar sus palabras. No hacía sus acciones con malas intenciones, sino por mera inocencia y despiste, a lo cual no entendía su enojo.** Aún quedan ingredientes, no te enojes amorcito.

Se le quedó mirando con los ojos entrecerrados y de manera acusadora al notar que lo estaba ignorando de manera olímpica. — ¿No te han enseñado a hacerle caso a tus mayores? Y soy mayor que tú por... ¿Siglos? — Dio un corto bufido y se fue a la nevera. Necesitaba una buena cerveza.

**Mientras el arquero parloteaba, robó un tomatito el cual masticó sin culpa alguna a su vez que empezó a cortar en pan y tras ello condimentarlo con aceite y alguna que otra especia.**