Rin1575731

Nada se comparaba a la tranquilidad que gozaban ahora. Aunque InuYasha se encargara de proteger la aldea y sus al rededores, por fin tenía tiempo para sentarse bajo la sombra de un árbol y pasar parte del día admirando el lento transitar de las nubes. Poco a poco fue quedándose dormido, pero, una voz femenina y familiar bastó para que su orejas dieran un brinco y sus párpados se alzaran.


Miró a un costado. Al llamado le siguió encontrar la figura de Rin. Prefería mantener poco contacto con ella debido a la rigidez de Sesshoumaru, ergo no iba a ahuyentarla si quería descansar junto a él.

—¿Mi madre?— Fue obvio por el aspecto de InuYasha que recordar a aquella mujer le trajo mal sabor de boca. No porque la odiara; más bien, le hubiese gustado ser fuerte en su niñez para protegerla. — ¿Para qué quieres saber eso? No te concierne. — Chasqueó la lengua y desvió la mirada.