Expreso con euforia; sin embargo un par de lagrimas empezaron a recorrer sus mejillas. Algo especialmente extraño, puesto que su raza naturalmente no cuenta con agua en su interior, siendo notoria la existencia de alguien dentro de ella. Puede que fuese inusual, pero esas lagrimas no eran suyas, eran lagrimas de Akasha para su amado Alastair.