Era verdad que disfrutaba de molestarlo de vez en cuando, pero estaba fushimi tenía algo que hacía querer hacerlo. Eso y que le parecía demasiado lindo a la hora de hacerlo enojar. Y no solo eso, más lindo luego le parecía tenerlo entre sus brazos para poder calmar su mal humor.
En otro aspecto el beso era delicioso, los sonidos eran bastante persistentes. No podía evitar soltar algún que otro suspiro entre el mismo y claro, tragar la mezcla de ambos por la gran producción de saliva. Pudo notar como un poco de saliva se deslizaba entre la comisura de sus labios, eso si que era sexy. Pero como era de esperarse el beso tenía que finalizar en algún momento, fue entonces cuando Fushimi se separo dejando ver el vapor de ambos, había sido un beso candente. El rey azul tampoco había dejado de mirarlo y claro también se relamió sonriendo ampliamente. -Tan encantador, Fushimi-kun~ <3 -Se acerco y beso suavemente su mejilla acariciando su rostro con su mano gentilmente.
Sin duda era una especie de mar de todo tipo de sensaciones, poder permanecer de esa forma tan hallegada con su pareja, le fasionaba, pese a todo lo que el otro hacia para molestarlo. Una parte de él simplemente no queria dejarlo bajo ningún momento. Simplemente ese momento era de ambos.
Cada beso era más intenso que el anterior, las cabezas de ambos de moviendo de aquí para allá, haciendo sonar aquellos pasionales besos. Se hacia difícil contener un poco el aire al igual que sus fluidos, comenzaron a delizarse lentamente por las comisuras de sus labios. Fue ahí en que Fushimi se vio en la necesidad de cortar lentamente el beso de ambos para tomar un poco de aire. Al hacerlo pequeñas nubes del aliento de ambos se formaban, al separse, no aparto su vista del otro bajo ninguna circunstancia, solo llevo sus dedos a su boca para limpiarse, relamiendose un poco.
Sentir sus labios lo llevaba a la gloría realmente. Llegaba a tocar el paraíso. No... más bien, su paraíso estaba conformado por la persona misma que estaba tocando en aquel momento, era todo para él, y era lo único que podía pensar en aquella situación, el mundo, se había borrado totalmente. No podía dejar de besar lo, además de las palabras que continuaron después de eso ¿cómo no amarlo?, el rey azul estaba encantado y ahora. Nuevamente estaban besándose de esa forma apasionada y juguetona, sus lenguas chocaban creando cierta cantidad de saliva, al igual que comenzaba a notarse poco a poco la falta de aire.
El azul, comenzaba a corresponder sus besos de la misma manera hasta que comenzaban a intensificarse cada vez más después de ese beso tan pasional que le habia dado.
— También lo amo. — Dijo después del otro para unir nuevamente sus labios. No pudo evitar colgarse aun más a él, después de retomar esos besos más profundos.
Pronto noto como había ganado la partida una vez más. Claro, recibió su tan merecido premio, aunque eran pequeños besos era demasiado lindo. Sus ojos se posaron en el rostro ajeno temblando ligeramente.
-Fushimi-kun~ <3 -beso de la misma forma pero acortando cada vez más los besos. Acorto la distancia de sus cuerpos para poder abrazarlo y dar un pequeño pero más profundo beso.
En sus mejillas aparecio un pequeño rubor, dejando que su mirada se perdiera en lo que decia. Fue así que sintió esa mordida en su oreja, lo que provoco cerrar uno de sus ojos y no solo eso, le abordo un escalofrio ante tal resoplido.
Bajo y soltó el libro, Fushimi habia perdido de nuevo, por lo que tomo por las mejillas al azul, para guíar su rostro hacia su boca, para iniciar a darle una serie de cortos besos.
Se detuvo apenas unos segundos y le susurro al oído.
-Si no me dejas besarte entonces no me detendré, no me sentiré satisfecho hasta tocar tus labios.~ - dijo sonriendo, en realidad solo buscaba darle algunos besos, no manosearlo pero fushimi no estaba sediendo así que era normal que buscará segundas alternativas para que el cediera.
-mmm~ -nuevamente volvió a atacar su oreja, mordió ligeramente está para luego soltar un ligero soplido en está.
Esta vez el azabache comenzo a fulminarlo con la mirada, si que era insistente el mayor. Pero no se la podría facíl tampoco. Pero pronto vio como el otro se acerco a él, sintiendo esas primeras lamidas, para así hacer la cabeza aun costado impidiendo que continuara y cubrio aun más su rostro con aquel libro.
— Detengase, presidente pervertido. Estamos en la escuela, alguien podría venir.
Noto como su mano era detenida, vaya que se estaba resistiéndose. Pero el rey azul no se la dejaría fácil también empezó a ejercer presión con su mano y empezaron a hacer una lucha de fuerzas, pero claro no eran sus únicas armas. Su boca también iba a participar. Se fue hacía su oreja y lamió esta de arriba a bajo. - mmm~ <3
Sin duda aquel libro temblaba pero no cedia, no esta vez. Pronto sintió como una mano se colaba entre sus ropas acariciando su abdomen desnudo. Aquella mano que un mantenia libre tomo la muñeca del azul, deteniendolo para después alejarlo de si.
