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PssA1518209 · 26-30, M
Había pasado un tiempo desde que llegó a su Templo a descansar, recientemente, había tenido la oportunidad de tratar con Athena y descubrió una parte de sí mismo que pensaba, no existía. Encontraba agradable el frío asfalto que se hacía de los adoquinados pasillos, vacíos, que se hacían dentro de la Casa de Pisces, terminando por encariñarse, un poco más, al legado que su "padre" le había regalado.

Deberías haberla conocido, Lugonis. — Murmuró, casi ahogado. Recostándose contra una de las paredes de lo más profundo del Templo. Buscaba meditar, descansar, por lo que aislarse en un momento donde la paz los bendecía no le caería mal. Sus párpados le pesaron y cayeron por su propio peso, dejándose llevar por el arrullador sonido de la brisa perdida que galopaba y esparcía el aroma de sus rosas por el lugar, cuando un grito le despertó de golpe.

¡Buenas tardes! , Me llamo Regulus, ¿hay alguien por aquí?— Conocía de la existencia de otros 11 Caballeros de Oro que podían ir y venir por el santuario, y éste era uno de ellos.

"¿Regulus? ¿No es el Santo de Leo? ¿Qué hace aquí?" No respondió palabra alguna, por el contrario, meditó y quiso entender la razón por la inesperada visita. De ser algo importante, ya lo sabría, finalmente es él el más cercano a los dominios de su Diosa, además, el tranquilo corazón de Leo quedaba en evidencia aun en su reposado Cosmos. Dudó en responder a su llamado e incluso, desde momentos antes había calmado su propio cosmos para no evidenciar su presencia dentro del lugar; sin embargo, él es el Caballero de Pisces y en su deber esta honrar su posición en el santuario.

Se podía escuchar el metálico sonar de sus pisadas acercarse cada vez con mayor fuerza, hasta hacerse de la entrada principal que dividía la zona donde se encontraba el león dorado y el final de la casa. Esta era la primera vez que entraba en contacto con él y podía sentirse en el ambiente un dejo de molestia por parte suya.

Dime, Leo. ¿Qué necesitas?— Las formalidades no eran lo suyo y menos cuando le interrumpían el sueño.
 
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