—Hmm... El tiempo suficiente para venir a este sitio con gente de dudosas intenciones. Muy osada, eh. —Una vez el trago está servido, lo extiende en su dirección, procurando que sea bien recibido; para volverlo un trato digno, deja la botella al lado suyo, otorgándole la libertad de servirse otra ronda si lo prefiere. —Ten cuidado, estas paredes han sido testigo de muchas cosas a lo largo de sus años. Al salir por esa puerta, quedas expuesta a cualquier calamidad de esta ciudad —como si se una no tan cálida bienvenida se tratase.
—Si te quedas el tiempo suficente, comenzarás a entender muchas cosas de este lugar.
-Es lo más parecido a una queja que iba a permitirse, el último acomodo la lleva a arrugar la nariz. ¿Qué es morir de manera digna? A su entender es quedar con una expresión estúpida, cosa que se ve muchísimo en su rubro.
Con las gafas torcidas pero la espalda recta se mantiene del otro lado de la barra expectante de cada movimiento que sigue con las pupilas, como quien teme romper una estudiada familiaridad.-
Me gusta el jugo, disfruto el whisky. Y...
-Alza la muñeca para mirar las manecillas del reloj, era "un reloj aburrido" como llama a los artilugios que carecen de números y muestra las manecillas desnudarte y solitarias.-
—Bueno, mientras tenga una muerte digna o menos humillante, todo perfecto. Mientras tanto... —termina por apartar la mano, no sin antes reajustar sus gafas de nueva cuenta. Quizá por malicia que por ayudarla, ya que terminó haciendo que se vean un poco desaliñadas en su lugar —te serviré algo. —Dicho esto, se apartó un momento para tomar un vaso de cristal mediano, perfecto para un whisky. Lo puso delante de ella, sobre la barra, y luego acercó la botella que tenía al lado uno de los clientes sobre la barra. El sujeto en cuestión había caído dormido en su borrachera, así que poco iba a importarle esa botella. —¿Tomas esto o quieres algo más lleve? —una pregunta que no buscaba satisfacer sus necesidades, si no molestarla de cierta forma—, tengo juguito en caja si lo prefieres. —Sirve la bebida finalmente.
-Fue la primer expresión que brota de sus labios, el impulso provoca que de un respingo ya que, no lo esperaba. Atrdida parpadea una y otra vez hasta recuperar su temple diario.-
Gracias. La verdad, quizá ocurra en tus vacaciones, sábado para colmo.
—¿El fin del mundo? Ojalá sea pronto, pero no durante mis vacaciones —utiliza el índice de la derecha, acercándolo al armazón de las gafas y "ayudar" a acomodarlas en su lugar con un leve empuje. —Mejor.
