(…) Aquel día no sería la diferencia, abriendo su establecimiento a primera hora de la mañana, Romine se abstenía a acomodar cada uno de los artefactos mágicos destinados a venta, y los destinados a intercambio, llevando un vestuario sutilmente ordinario para asi no demostrar su origen noble para cualquiera que entrase al lugar, en especial caza recompensas, los cuales solían buscar seres con status altos, con la esperanza de conseguir altas recompensas.
— Parece que será un día tranquilo. Vaya, si hubiera sabido antes lo relajante que era tener tu propia tienda, lo habría hecho desde antes. — Expreso para sí misma, mientras veía a través del ventanal de su establecimiento.