Definitivamente, la vida fuera de los muros de Unther parecía mucho más alivianada para la princesa Romine, aun asi, era evidente que sus fondos no serían eternos, y para evitar caer en esa clase de problemas, fue que opto por colocar un pequeño y discreto establecimiento mágico en un recóndito pueblo del Sur.

Esta región meridional está rodeada por el paso del fuego negro, las montañas del fin del mundo, las tierras yermas, el río de la sangre, la bahía negra y tilea y aloja pequeños reinos y principados. Esta región es un vasto territorio y el hogar de una multitud de pequeños reinos humanos que fueron establecidos por aventureros muy ambiciosos. Un sitio perfecto para que Romine pudiera pasar desapercibida, y de paso hacer intercambio de artefactos mágicos con toda clase de seres. (…)