La búsqueda de los tomos mágicos, mencionados en los pergaminos de su madre, se habían convertido en una verdadera pesadilla para la princesa. Si bien, era más que evidente que el contenido de los mismos traería una cantidad inmensa de información mágica, el riesgo para conseguirlos era cada vez más y más alto. Aun así, no había marcha atrás, Romine había decidido tomar el camino, y cuando ella se proponía en algo, era imposible hacerla cambiar de opinión.
Es claro que se refiere a este sitio, pero... ¿Cómo podría empezar a buscar?... Quizá algún local pueda ayudarme. — Expreso para si misma, mientras dirigía la mirada hacia todas direcciones, en busca de alguien que pareciera lo suficientemente confiable, y abierto para apoyarle en su camino.
El tiempo pasaba, y no parecía que alguien estuviese libre, o dispuesto a ayudar, sin embargo, después de unos minutos, finalmente encontró a un joven hombre descansando a orillas del sitio; aliviada por ello, comenzó a acercarse poco a poco, esperando que este no fuera a moverse.