— Asi es. Sir.Bjorn siempre procuro mi seguridad, asi que no tiene de que preocuparse. — Asintiendo varias veces con la cabeza, mientras continuaba mostrando una sonrisa cálida, y amistosa. — Si, lo imagino. También conocí a Sir. Alavain, y sin duda demostró sus habilidades en el campo de batalla. — No era buena ocultando cosas, sin embargo, prefería no darle relevancia a lo de hace unos días, en especial porque una parte de ella sabía que Jarrus no reaccionaria del todo bien si llegaba a mencionar todo a lujo de detalle.

De este modo, la princesa opto por simplemente dejar a un lado el tema, y llevar una de sus manos hacia una de las mejillas de Jarrus. — Me alegra volver a verle. Le eche mucho de menos... — Admitió de forma dulce, pero bajo un tono discretamente cabizbajo.

— Hm, ya veo, entonces estabas en buenas manos. — Añadió con calma, mientras su rostro se mostraba neutro, no había rasgos de molestia o celos en sus facciones. Sus ojos volvieron a ella con calma, y entonces acotó. — Y al contrario, Romine, haces bien. Algunos pudieron tocar la puerta y buscar algo. Así como Alavain, o los pocos otros hechiceros que residen acá. No son muchos pero son fuertes. — Sí notó su nerviosismo pero tampoco urgó demasiado para saber el porqué, sabía que Bjorn nunca haría nada en contra de la voluntad de ella. Si ella deseaba decirle algo, dejaría que lo hiciera.

— ¿De verdad? Cielos... Debió decirme eso antes de irse. — Respondió con una risilla nerviosa, pues durante todo ese tiempo, Romine no había mostrado restricción alguna, en especial si eran internos de la ciudadela. — Pues... — Desviando la mirada una vez más, esta presento un inusual nerviosismo en su semblante. — N... Nada relevante. Hace unos días salí de expedición junto con Sir.Bjorn. ¡Por supuesto que no solo nosotros dos! — Expreso alarmada, mientras sacudía sus manos.

— Nadie entra a mi torre sin tocar. — Dijo de modo bastante firme y honesto, sabiendo que incluso a aquellos a los que les había servido de mentor tenían apenas acceso limitado a no ser que pidiesen permiso. Entonces aquel pulgar se posó sobre su mejilla acariciando esta una vez para de este modo añadir. — Y no es nada que nos afecte directamente, al menos no aún. Hablando de eso, ¿Me he perdido de mucho? —

— Oh, ya veo... Espero no sea algo de lo que deban preocuparse, aunque se de sobra que ustedes serán capaces de superarlo sin mayor problema. — Respondió con amabilidad, mientras asentía con la cabeza; sin embargo, al sentir el roce de su dedo sobre sus labios, la princesa manifestó un tenue rubor en sus mejillas, llegando incluso a desviar la mirada. — S-Sir.Jarrus, alguien podría entrar. — Admitió con timidez.

— No era una misión demasiado larga, simplemente debía ir a cierto punto a recolectar cierta información. Se dice que Neverwinter se encuentra preparando sus defensas por cuenta nueva, aunque aún mi contacto allí no sabe el porqué.
— Admitió con calma mientras sonreía ante la efusividad de ella, tomando ese pequeño mentón entre sus dedos para así acariciar su boca sedosa con el pulgar, acotando así. — Te dije que no me iría sin ti mucho tiempo ¿No? —

— ¡SIR.JARRUS! — Exclamo, mientras daba un pequeño brinco por la sorpresa de su llegada. Aun asi, esta giro inmediatamente para verle frente a frente. — No esperaba verle tan pronto, ¿acasó olvido algo? Si es por la biblioteca, no se preocupe. Durante los ultimos días me he estado encargando de ella. — Afirmo de manera mucho mas calmada, permaneciendo sentada sobre el escritorio.

— El único título que busco mi querida Romine; es el de una Princesa Maga que reside en mi torre. Dicen que su protagonista es bastante guapa y peculiar, ¿Has a caso escuchado algo sobre ello? — Quizá la voz profunda y calmada se le haría familiar, cuando entonces pudo notar el retorno de Jarrus algunos días después de su partida.