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[code]A lo largo de los años las cosas no habían cambiado mucho para la humanidad, mantenían sus costumbres y sus rituales sociales. Las hadas no eran muy diferentes a ellos, por más que Erin odiara admitirlo. No usaba ropa humana muy seguido así que se sentía incomoda, no se sentía ella misma, más bien estaba usando un disfraz y al mismo tiempo era más fácil fingir ser la simple acompañante de Rainer.

¿Qué se suponía que debía hacer? Servirles tragos cuando lo solicitaran, encender sus cigarillos y por supuesto dejarlos ver su cuerpo en aquel vestido blanco que le quedaba tan bien. Estaba acostumbrada a enredar a los humanos a sus encantos, no era nada nuevo para ella, pero tampoco significaba que le gustará demasiado. Simplemente era indiferente.

Yes, sir.

Dijo volteando los ojos, tenían que establecer un método de espionaje más digno de llevar y tampoco estaba muy segura de soportar al demonio mucho tiempo más. Erin podría perder la paciencia escuchando sus estúpidos pensamientos y podría hacer algo igual de estúpido, pero por lo menos estaba consciente de ello e hizo su mejor esfuerzo para controlarse. [/code]