- El viaje no había sido muy largo, mas bien fue algo así, como la primera casa que encontraron, y ahí finalmente lo pudo ver con sus ojos, aquellos campesinos los dejaron pasar como si nada, y a él solo porque Bajie lo acompañaba. Entraron a la habitación con dos camas y les dieron algo de comida y agua, era mas que suficiente para que el caballero demostrara gratitud hacia ellos. Entonces Bajie hablo sobre el tema que hace unas horas habían mencionado- Supongo que el amor es así, esta hecho para llorar tanto de felicidad como de tristeza... ¿No lo crees? -Contesto mientras ordenaba toda su armadura a un costado en el suelo para quedar con el ropaje, que traía debajo.-