Phelial

—¡Claro que eres un jodido pervertido!— Aquel rubor solamente aumentaba así que se quedó observando hacía otro lugar para no avergonzarse más. —¡Solamente estoy tratando de ayudarte! Claramente no conoces este mundo.— Suspiró profundamente haciendo quejidos que eran claros debido a su actitud. De alguna forma lo último que dijo él, le hizo dar cuenta que quizá no era una mala persona y necesitaba ayuda en este mundo, quizá. —¿Eres solicitado? ¿Cómo es eso?—

Hola, soy la pajarita. Cuando veo un hombre me lo tiro encima. ~

https://youtu.be/H5RDXudLv_c


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—¿¡cara de alienígena?! N-No… no te pareces mucho a él en realidad. Aunque eres un pervertido claramente. Si estás así…— Aquel rubor se mantuvo solamente por haberle visto así. Por eso le quería dar tal manta aunque perdiera ese objeto por su culpa. Quería obligarlo a taparse pero estaba claro que él ya no quería ceder por lo que suspiró profundamente. —La cortesía y educación son prioridades aquí… Me impresiona que todavía hayas siquiera sobrevivido. Debe ser difícil.—

—¿C-Cómo que no eres… de otro planeta? ¿Cómo siquiera pudiste haber nacido aquí? Las criaturas exóticas no hablan ni son parte animal-humano— Había tragado saliva respecto a sus palabras y el nerviosismo que le estaba comenzando a provocar. El mismo rubor se mantuvo en sus mejillas pero incluso así, el saber que él se encontraba equivocado le mantenía firme. —¿Acaso nunca nadie se quejó por tus acciones y soy la primera? Es imposible.— No había notado que ella se encontraba mirando hacía ahí, ya que al pasarle la manta le había vuelto a dirigir su mirada, por lo que volvió a quitarla. —No me interesa mirar tu cuerpo semi-desnudo, si es lo que crees.—

¿¡Harpías?! … —Realmente sólo conocía esa palabra como un insulto. Nunca había visto una en su vida, tampoco entendía cómo podía estar siquiera en un lugar así.— … Pero sigues las órdenes de nuestro planeta en estos momentos ¿no? —Cuando dijo aquella frase de que debería desnudarse ella siguiendo sus reglas, el rubor solamente le incrementó.— N-No… no me estás entendiendo. —La había logrado poner nerviosa pero su determinación era más grande.— Aquí eso no es algo “normal”… Incomodas a la gente. —en realidad le incomodaba a ella.— Y está fuera de la ley lo qué haces.

¿¡Por qué?! ¿De verdad lo preguntas? ¿Acaso no lo notas? –un leve rubor cubrió en sus mejillas de repente debido a ser consciente de eso.– Además que quedas como un pervertido ¡Estás en plena vía pública y ni siquiera te conozco! Nada más nos conocemos porque te vi acosando un amigo. Toma. –dejó de cubrir su rostro y quitó la mirada hacía él para pasarle una manta que llevaba preparada para el tipo de personas como él.–

Señor semi-desnudo vístase por favor. –se cubre los ojos.–