PandoraLovegood

Las clases del viernes de Xenophilius Lovegood terminaban con la materia de Astronomía, algunos alumnos se encontraban preocupados porque no entendían las lunas de Júpiter, su importancia y movimientos y temían que viniera en su examen T.I.M.O. Pero, lo que realmente iba a venir en su examen era un mapa de las estrellas que tenían que completar y esto solamente se podía mediante la observación. Algunos alumnos comenzaban a planear escapadas nocturnas a los jardínes de Hogwarts para empezar a estudiar, otros preferían dedicarse más a otras materias porque no les interesaba la astronomía y no querían cursar las materias avanzadas optativas. En cambio. Xenophilius tuvo otra idea.

Llegando a la sala común de Ravenclaw, tomó una almohada de los sillones azules que se encontraban a los laterales de la sala, y lo tiró en el centro de la sala para poder acostarse ahí. El techo de la sala común era un cielo estrellado, que cambiaba al ritmo de las estrellas en el universo. Xeno creyó que era una mejor idea estudiarlas así. Comezó a analizar la constelación de Tauro, la cuál se sienta grande y prominente en el cielo nocturno, entre Aries al oeste y Gemini en el este; al norte está Perseo y Auriga, al suroeste Orión, y el sureste Eridano y Cetus.

Sintió una mirada fija en él, ¿quién podría venir a interrumpirlo? No tenía muchos amigos, a decir verdad nadie le hablaba porque creían que era una persona loca que decía cosas sin sentido, y así era. Solamente podía ser una persona; Pandora. Xenophilius se incorporó para sentarse en cuclillas de igual manera. Algunos alumnos los miraron con algo de confusión, pues podían sentarse en algún sillos a platicar como personas normales en lugar de estar en cuclillas como changos en medio de la sala. Escucho cada palabra de Pandora.

— Espero que no hayas estado leyendo "Plantas acuáticas mágicas del Mediterráneo" y quieras buscar otras para tus inventos de pociones, aunque si inventaramos una poción que te permitiera tomar el cuerpo de un gnomo, sería interesante conocer su mundo o como viven. Espera, ¿no te mandó James Potter a que busquemos más branquialgas? Ya me cansé de robarlas del armario de Snape y no pienso nadar en el Lago Negro buscando alguna similar. ¿No tiene nada que ver con eso, verdad? Sí, sé nadar y espero que sea algo bueno lo que tengas en mente, aunque si soy honesto, tus ideas malas me parecen siempre buenas.