Los nórdicos creen en dos dioses primordiales: Svea (la diosa madre, que encarna las fuerzas del bien) y Ravn (el dios padre, que encarna las fuerzas del mal). Según esta religión, Svea y Ravn tienen múltiples hijos que representan distintas cosas. Los cultos a Ravn y a los dioses de alineación oscura están mal vistos en la sociedad y se llevan en secreto. Su sede es el Templo de Svea.