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Primera cita: Parque de diversiones.
 
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Noiz1549823 · 26-30, M
Siguió los pasos del contrario, y mientras andaban, pudo sentir un revoloteo en el estómago. ¿Era así como se sentía estar feliz, o quizá se trataba de esa necesidad de su reciente adicción a los takoyakis? Francamente, prefirió quedarse con la primera opción. «Ir al parque de diversiones», sonaba a algo divertido, aunque aún no tenía una idea clara de lo que se encontraría ahí.

Ladeó ligeramente la cabeza para escuchar la pregunta de Aoba y separó los labios para responder, sin embargo, fue una carcajada lo que surgió de su boca ante esa repentina corrección. Meneó la cabeza de un lado a otro.

Así es, es mi primera vez. No tuve una infancia llena de diminutos trenes, juguetes o pistas motorizadas; mucho menos he visitado un parque de diversiones—. Comentó mientras se encogía de hombros, arrepintiéndose de haber mencionado su pasado—. Pero apuesto a que será divertido—añadió buscando cambiar el tema.
Con una sonrisa sincera, afirmó con la mirada mientras acomodaba su cabello dentro de su chaqueta. Nunca perdería esa costumbre.
Listo — Adquirió con ánimos antes de aproximarse a salir en compañía del contrario.
Mientras se encaminaban al parque, el peliazul no pudo evitar darse cuenta de lo ansioso que se encontraba, tal vez era por que aquella seria la primera vez que salia con alguien ... su primera cita ... ¿Como podría evitar sentirse de esa manera? Saliendo de sus pensamientos miró con el rabillo de sus ojos al contrario. Parecía estar concentrado en el camino, lucía tan tranquilo como solía estarlo. — Así que ... ¿Esta es tu primera vez? — Cuestiono mientras mantenía el paso junto a él. Pasaron unos segundos antes de que reaccionara ante sus propias palabras — ¡Qu-Quiero decir s-si es la primera vez que visitas un parque de diversiones! — Se apresuró a corregir.

Noiz1549823 · 26-30, M
Afirmó con los ojos cerrados en cuanto le dijo que no tardaría, pero seguramente el peliazul se encontraría ya en su habitación. Se preguntó cómo transcurriría aquel día y sus pómulos volvieron a encenderse; agradecía que Aoba no estuviese presente para presenciar tan vergonzoso momento. No podía culparlo, era su primera vez en más de un sentido. Por ejemplo, era la primera vez en que visitaría un parque de diversiones, era la primera vez que invitaba a un chico a salir, era la primera vez que sentía tanta calidez al abrazar alguien, era la-... sacudió la cabeza. No quería que su mente se perdiera en esas múltiples divagaciones cual adolescente. Se reincorporó y apoyó ambos codos sobre sus rodillas, esperando a que su cita apareciera.

No pasó demasiado tiempo, Aoba apareció después de algunos minutos en las escaleras. Él ya se entraba de pie.

¿Estás listo? Tú serás el guía—dijo con una sonrisa disimulada.
Si, adelante, no tardare. — Afirmo antes de desaparecer escaleras arriba.
Al llegar a su habitacion se apresuro a cambiar su vestimenta por una menos casual. Mientras terminaba de acomodar su chaqueta se acercó a uno de los espejos que colgaban de la pared. Ahí pudo ver como su cabello se encontraba algo desordenado aun estando recogido por la coleta. Fue antes de desatarlo cuando las palabras del rubio vinieron a su mente:
"Tu cabello se mira bien recogido en una coleta"
Sus mejillas se tiñeron de carmesí mientras consideraba aquella idea. Tal vez ... debería llevarlo recogido hoy ... tal vez ...
Sacudió su cabeza esfumando aquellos pensamientos y termino por dejar libre las hebras de cabello.
D-deja de pensar en cosas raras, Aoba
Se dijo a si mismo antes de liberar un suspiro y encaminarse hacia donde se encontraba el rubio.
Noiz1549823 · 26-30, M
De acuerdo—. Asintió ante su invitación e ingresó al recinto, paseando la mirada en derredor hasta que dio con la sala de estar. Ya se encaminaba hacia allá, pero prefirió preguntar—. ¿Está bien si te espero allá?—Supuso que su respuesta sería afirmativa, así que caminó hasta uno de los sillones y dejó caer su espalda sobre uno de los respaldos. Qué bien le hacía. La noche anterior se la había pasado recopilando datos, así que ahora se encontraba un tanto adormilado.

Cerró los ojos y espero que Aoba estuviese listo.
Al escuchar las palabras del contrario un leve sonrojo se hizo presente en sus mejillas, por lo que tardó un poco en encontrar palabras para responder.
Gr-gracias ... — Murmuró desviando por un segundo la mirada del rostro contrario, sabia que aunque lo intentara no lograba acostumbrarse a recibir esa clase de cumplidos.
Al sentir sus manos sobre su nuca, sus ojos se ampliaron teniendo en cuenta la cercanía de ambos, sin embargo antes de que pudiera pronunciar palabra alguna el rubio ya había regresado a su posición anterior.
¿Huh? N-no es necesario ... — Hizo una breve pausa antes de agregar— no tardare mucho así que ... tal vez quieras esperar dentro.
Sugirió dedicando una pequeña sonrisa mientras se hacía a un lado invitando al contrario a ingresar a la vivienda.
Noiz1549823 · 26-30, M
Retrocedió algunos pasos para recorrer los pisos superiores con la mirada, se preguntó si aún estaría dormido. Sin embargo, algunos rumores procedentes de la casa desmintieron su suposición. Volvió a acercarse a la puerta principal y al elevar la mirada se encontró con un Aoba que ni siquiera en sueños habría imaginado. Una sonrisa se amplió en su rostro al ver cómo se apresuraba a despojarse de aquel inusual atuendo.

Espero que no sea la última vez que pueda verte de esa manera...—Mencionó señalando el delantal que ahora yacía en el piso—. Y debo añadir que tu cabello se mira bien recogido en una coleta—. Casi por instinto se aproximó hasta el peliazul, deslizando la diestra por su nuca y manteniéndole la mirada. Fue entonces que recordó que no estaban solos, estaba su abuela dentro y optó por regresar a su posición anterior. Carraspeó—. ¿Quieres que vaya a caminar en lo que estás listo?
Aquella mañana el peliazul había despertado más temprano de lo normal, claro con algo de ayuda Ren. Ahora se encontraba ayudando a su abuela con la limpieza de la casa, llevaba puesto un delantal y su cabello se encontraba recogido mientras ordenaba los libros aglomerados en el estante.
Fue entonces cuando el llamado a la puerta lo distrajo de sus deberes. — ¿Uhm? — En ese instante dejo lo que estaba haciendo y se apresuro a abrir la puerta antes de que Ba-chan fuera en su lugar.

Huh, Noiz — Le sorprendió encontrar al nombrado frente a la entrada principal. Parpadeo un par de veces antes de darse cuenta de aquel delantal tan poco masculino que estaba llevando. Sintió sus mejillas enrojecer antes de quitárselo de un tiro y volver la mirada hacia el contrario — ¡Ho-hola! Llegas algo temprano — Adquirió mientras se hacia a un lado permitiendole el paso al rubio.

Noiz1549823 · 26-30, M
Noiz se levantó muy temprano por la mañana aquel día. No, no había olvidado la cita pactada con Aoba. Aún recordaba la forma en que se lo hubo pedido y se sentía ligeramente avergonzado. Suspiró cuando estuvo listo, y salió de casa; no quería parecer ansioso, así que trató de mantener un paso calmo y decidido hasta llegar a la casa del peliazul. Por un efímero instante pensó en escalar hasta su habitación, o quizá entrar por la puerta trasera, así, como lo hizo en un pasado no muy lejano. Sin embargo, esta vez trató de mantener la compostura y llamar a la puerta. Llamó un par de veces a la puerta con los nudillos y retrocedió, llevando ambas manos hacia su espalda; quizá estaba un poco inquieto, pues se aventuró a tocar una vez más.

¡Aoba, soy Noiz!—Vociferó. Quizá trepar hasta su ventana habría sido una mejor opción: rió para sí ante tal pensamiento.

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