Siempre se preguntaría por qué se exaltaba cuando le decía esa clase de cosas. Soltó una corta risa. Nunca se cansaría de ello.

Lo observó de soslayo, esperando por una respuesta a su proposición. Bien sabía que no se negaría. Y así fue, el peliazul aceptó encantado; y él, por su parte, también daría su mejor esfuerzo. ¡Ah! Había tantas cosas que venían a su mente para celebrar su triunfo.

—Aún no cantes victoria. Recuerda que cualquier cosa puede pasar—dijo con toda seguridad, sujetando firmemente el control de mando. El automóvil aceleró, y por suerte, el camino se veía despejado. Pasó un par de curvas y una rampa que lo llevó a una zona ligeramente irregular. Iba casi a la par de su contrincante. Frente a ellos, un par de NPC's buscaban adelantarles.