— ¿Mante- ... Mantener la apuesta? — Repitió en un suave susurro.

No había pensado en esa posibilidad. Quizá era lo justo, después de todo ninguno de los dos había ganado. Sin embargo ... un fugaz pensamiento llegó a su mente es ese momento ¿Qué clase de cosas le pediría hacer? Esperaba ... no, realmente rogaba por que no fuese algo vergonzoso.

Mientras sentía como la preocupación se centraba en aquel pensar, alzó la mirada hacia el contrario centrando su atención nuevamente en él.

— Uhm ... ¿Reto? — Parpadeo un par de veces antes de ser consciente de aquella palabras. Frunció ligeramente el ceño y le dedicó una sonrisa ladina antes de asentir firmemente con la cabeza —Bien ... ¡Acepto!

Sus párpados se abrieron de a poco cuando escuchó los vítores que se alzaron cuando hubieron cruzado la meta. ¿Había sido un empate? Aquello lo había sorprendido. Sin embargo, había sido algo bueno, ¿no?

Se levantó del colchón para estirar sus extremidades y desperezarse. De pronto, una idea vino a su mente:

—Oe, Aoba, algo se me ha ocurrido. Ya que esto ha sido inesperado y... algo confuso. ¿Qué te parece si mantenemos la apuesta?—Dijo haciendo una pausa para mantener el suspenso—. Es decir, ya que no hubo un ganador: yo haré lo que tú me digas y, tú harás lo que yo te diga. ¿No es más divertido así?—Decía mientras una sonrisa curvaba las comisuras de sus labios.

Se acercó a él, lo tomó por los hombros y le miró a los ojos.

—¿Aceptas el reto?—Cuestionó al peliazul.

El público virtual comenzó con la ola de aplausos en el momento que cruzaron la meta. Todo había sido tan rápido, estaba seguro de que había ganado o al menos eso es lo que sus ojos había alcanzado a diferenciar. Su mirada se mantuvo fija en la pantalla observando en conteo final. La columna de puestos comenzó a detallar la puntuación de cada participante, desde los puestos mas bajos hasta el ganador. Sus párpados se ampliaron y sintio su corazon parar por un momento al leer los resultados. "TIED SCORE" Habían empatado ¿Acaso eso era posible?

Bueno ... No había ganado, pero tampoco había perdido. Significaba que la apuesta no iba a ser valida, verdad? Tragando el nudo que se había formado en su garganta miró con el rabillo de sus ojos al contrario. — ... Huh ... Parece que nadie gano, eh? — Adquirió dejando escapar una breve risa.

Soltó un improperio. El golpear a uno de los NPC's le hizo dar media vuelta y casi le costó llevar el acelerador en sentido contrario. Sin embargo, supo manipular el movimiento y se mantuvo dentro de la pista.

Alcanzó a ver a Aoba con el rabillo del ojo y notó que se hallaba tan concentrado como él. No movió ni por un momento su índice del gatillo —el acelerador— y trató de permanecer lo mejor que pudo dentro del camino —mismo que aún poseía una que otra curva antes de llegar al final—.

¡Un poco más, sólo un poco más!

Al igual que el peliazul, su torso se inclinó hacia la pantalla involuntariamente. Estaban tan cerca de la culminación, uno rozando al otro, en pocos segundos cruzarían la línea de meta; Noiz cerró los ojos y...

Para aquel momento pudo notar como su contrincante lograba posicionarse al lado de su jugador, a pesar de llevarle unos centímetros de diferencia pudo sentir como una gota fría comenzaba a recorrer su frente. — ... Tsk ... — No podía perder, aquella no era una opción. El solo imaginar la clase de ideas que pasarían por la mente del rubio al momento de ganar hacían que su corazón palpitara tan rápido como le era posible.

Fijando su atención nuevamente en la pantalla, la pista se encontraba despejada, solo eran ambos jugadores y los NPC'S que los seguían metros atrás. Sus ojos se ampliaron al divisar la meta a pocos kilómetros desde su posición, mantuvo presionado el acelerador mientras sujetaba el mando firmemente — ... vamos, vamos, vamos ... — Murmuró al mismo tiempo que, de manera inconsciente, inclinaba cada vez más su cuerpo hacia adelante.

Siempre se preguntaría por qué se exaltaba cuando le decía esa clase de cosas. Soltó una corta risa. Nunca se cansaría de ello.

Lo observó de soslayo, esperando por una respuesta a su proposición. Bien sabía que no se negaría. Y así fue, el peliazul aceptó encantado; y él, por su parte, también daría su mejor esfuerzo. ¡Ah! Había tantas cosas que venían a su mente para celebrar su triunfo.

—Aún no cantes victoria. Recuerda que cualquier cosa puede pasar—dijo con toda seguridad, sujetando firmemente el control de mando. El automóvil aceleró, y por suerte, el camino se veía despejado. Pasó un par de curvas y una rampa que lo llevó a una zona ligeramente irregular. Iba casi a la par de su contrincante. Frente a ellos, un par de NPC's buscaban adelantarles.

— Tsk! ... ¡Ya lo había dicho, Baka! — Su entrecejo se marco intentando parecer furioso, sin embargo el rubor en sus mejillas lo delataba. ¿Adorable? No era nada adorable. Es ... es sumamente vergonzoso.

Volviendo su atención a la pantalla, pudo notar que ahora le llevaba un par de metros de ventaja a su contrincante. Fue cuando escucho la tentativa propuesta que refería el contrario. — Uhm ... — Una ladina sonrisa curvo sus labios al pensar en un par de cosas que le servirán como venganza hacia el rubio. Quizá de ese modo por fin podría avergonzar y darle algo de su propia medicina. — De acuerdo, acepto. Prepárate para morder el polvo, niño — Sonrio con picardía antes de sujetar con firmeza el mando y acelerar.

—Te ves adorable cuando te ruborizas, ¿ya te lo había dicho?—Mencionó ladeando una sonrisa tras ver la reacción del contrario. ¡Habría aprovechado para besarle los labios si no hubiese estado tan concentrado! Soltó un suspiro de resignación y fijó la vista una vez más en la pantalla. Vaya que se había distraído de más, ahora Aoba llevaba la la delantera, pero no sería por mucho.

—¿Qué dices si hacemos esto un poco más interesante?—Dijo enarcando una de sus cejas—. El perdedor tendrá que hacer cualquier cosa que le diga el oponente, ¿qué dices?

Le dedico una sonrisa ladina sin quitar la mirada de la pantalla.
— Oh no, no lograras distra-... — Sus palabras se vieron interrumpida de manera precipitada al sentir los labios del contrario sobre su mejilla, su respiración se detuvo por un momento al igual que sus movimiento, haciendo que perdiera los kilómetros que le llevaba a su oponente. Sin embargo, logró reaccionar antes de llegar a descarrilarse de la pista.

— ¡T-tu ...! — Adquirió entre dientes mientras sentía la sangre subir hacia sus mejillas. Al mismo tiempo retoma el control encontrándose esta vez a la par con el contrario.

Entrecerró los ojos al notar que el peliazul había tomado ventaja en su pequeña distracción. Quizá aquello le habría costado la carrera. Sin embargo, algo se le ocurrió. No. En realidad era algo que quería hacer desde hace rato. Con suerte conseguiría que ambos quedaran a la par.

—Oe, Aoba...—Lo llamó, y sin previo aviso, ladeó su costado hacia su derecha y estampó un beso sobre la mejilla del contrario.