Pensarlo y experimentarlo eran dos experiencias diferentes. Incluso con el trago de aire necesario y su centro sobre el vacío, su mente estaba revotando sobre clavos oxidados desde hace algo de tiempo. Se repitió a sí mismo “eres Richard Gruber” un sinfín de veces en el pasado, y para cuando la voz del hombre se escuchó, no era necesario hacer ninguna acción diferente de la que ya vivía convencido. Ver al hombre que fue causante de la muerte de Noah fue complicado, tenía suerte de no haber tenido contacto ojo con ojo en ese día y eso ayudó más a su mentira. En cambio evitó cualquier contacto concreto con Vela, ignorando por completo su presencia al lado de su asesino, no fallaría este momento.

Esta era su misión. Este era Richard.

—La puntualidad no importa —con el paquete sobre su mano, este recogió sus cosas para prepararse sobre algo—. Espero tengas una vía rápida de escape de este planeta.