Sonrió para si misma cuando se agarró de ella entonces como si le diera permiso movió la muñeca acelerando todavía más, el motor soltó un gruñido bastante aturdidor, ya las siluetas no eran tan notorias, más parecían manchones largos de pintura que se cirnen sobre ellos conforme avanza. Justo cuando parecía que el único camino que tenía que tomar era seguir en línea recta se desvío por un montazal y luego ya hacía la parte de tierra húmeda siguió por una zona que parecía un bosque en medio de la nada, ahí dió otra media vuelta apoyándose del pie derecho y siguió recto hasta verse una cabaña prácticamente remodelada pero no tan notorias. —Hay de todo..— responde más no sabe si le escucho, porque ahora el único ruido que se podía escuchar era el latido del mar. Fue bajando la velocidad hasta estacionarse. —Llegamos Monseur Johnny..— sonrió quitándose el casco a la par que apaga el motor y se estira de forma perezosa. No había más gente a más de cinco kilómetros a la redonda por lo que pa
-Sintió el retroceso del vehículo al arrancar, pero él ya estaba en una posición firme de la que apenas se movió, mientras manejaban notó el frenetismo de ella en la moto, por lo que le tomó por la cintura a la par que miraba los alrededores, sintiendo el viento volándole sus mechones azabaches. No parecía incómodo andando, aunque si odia ser pasajero.- Casi extraño mi "CBR". -La razón era la misma por la que escapaban ahora, las motos son versátiles y pueden meterse en muchos lugares. Pero aunque se alejaran, sintió el sonido de las sirenas yendo en dirección al accidente, esperaba que fueran lo bastante malos como para no poder rastrearlos. Se acomodó contra la espalda de ella, pensando en eso.- ¿Tienes alcohol donde vamos? Me hace falta un trago. -Añadió, mientras echaba un ojo a las edificaciones de la zona, al tipo de gente que andara por allí. También trataba de memorizar el camino hasta el lugar, por si alguna vez tuviera que hacerle una visita.-
Para ella solo parecía un asunto de drogas, y si bien ella consumía de vez en cuando no las buscaba con la frecuencia de John, hasta intuye que el vive a base de cerveza, drogas y mal humor. Casi comprobando su teoría por la forma en que calo el porro, una broma para si misma por lo que a penas sonrió un poco. Nunca había tenido a quien cuidar de ese modo, a su parecer todos piensan que la que necesita cuidados es ella. —Ya te dije, a mi cueva. — no pensó encontrarse con alguien así que por ello no cargaba el segundo casco, al llegar a la moto se colocó el propio y luego de que el pelinegro se acomodara ella hi,o lo mismo. Dió marcha el motor sin esperar a que él esté listo aceleró dejando un ronroneo y la marca que dejó la fue cubriendo con brea por un mecanismo automático que tiene. Zigzageaba por los vehículos hasta que entró en una calle principal desviándose en un cruce para salir hacia una avenida que llevaba hacia la parte no poblada de las afueras, ahí donde todavía no había ta
-No parecía contento con el trato, aunque admitía necesitar de su ayuda por esta vez, después de todo era cada vez más preocupante el asunto de perder el control, de perderse en general, no saber lo que ocurre es un castigo terrible para alguien que lleva tanto tiempo sobreviviendo.- Bien. -Contestó al saber lo de su moto. Aceptó el porro casi como un festejo, le dio una calada profunda. Tanto que pudo ignorar la caricia. Luego la siguió, no le costaba seguirle el paso al ser tanto más alto que ella. Retuvo el humo hasta llegar a la calle, entonces lo soltó, dejándolo atrás, era tan denso que tardó en deshacerse.- ¿Dónde me llevarás? -La alcanzó para andar a su lado, trató de soltarse del agarre en el proceso. Si bien estaba confundido sobre lo que pasó, estaba centrado en lo que debe hacer a continuación: desaparecer. Hizo un mapeo rápido con la vista, pronto el humo del fuego debería guiar a las autoridades. Se subió a la moto, dejando espacio delante para que ella manejara.-
Da por terminado ese tema, y prendió un fósforo cuando su amigo se encontró de nuevo a su lado, lo miro de reojo sintiendo casi culpa por haberle cuestionado tanto. Dejo caer el pequeño trozo de madera en llamas y al instante se prendió fuego la línea hacia el coche y el cadáver, no tardaría en llegar a la parte del motor del coche y explotar.—Muriel nos espera a dos cuadras. — le sonrió con cierta ternura, habían gestos que destacan en su rostro por tener todavía facciones redondeadas. Saco un porro lo prendió, después de darle una calada se lo ofreció a su amigo y en cambio ella se metió a la boca una paleta. Lo miraba fijamente notando ese comportamiento que es nuevo a sus ojos, alzo la diestra para dejarle una caricia en uno de sus mechones y después lo tomo de la mano echándose a andar hacia donde había dejado estacionada la moto. A penas darían unos pasos cuando el estruendo de la máquina se haría notar pero no había nadie más para presenciarlo. No volteo a ver, su mirada estaba
No lo sé. -Insiste con su respuesta, parece molesto, pero no hay nada que pueda hacer acerca de ese asunto. Tomó la gasolina y la esparció de forma estratégica entre los rastros que había visto, finalmente en el tipo. No habría zona con sangre que no quedara repleta del combustible.- Qué porquería. -Regresó con ella, sin responderle acerca del asunto pero en su silencio estaba claro que le haría caso.- No tengo idea de dónde dejé el coche, o siquiera si lo traje. ¿Me das un aventón? -Se frenó frente a ella, mirándola con seriedad, desconcertado al tratar de recordar de forma activa lo que sea que haya ocurrido. Se golpeó la cabeza con el puño, justo en la sien. Estaba claramente molesto.- Necesito fumar o mataré a alguien más. -Estaba dispuesto a seguirla donde fuere en ese momento. De hecho, estaba pegado a ella casi de forma literal.-
—¿Estabas a mitad de un trabajo? — quería atar los cabos pero este es uno de esos momentos dónde ni una mierda cuadra con nada, solo hay que deshacerse de las evidencias. Bien lo había aprendido. Pudo decir que parecía una zona neutral así que no sobresaldría esta situación. Se levantó abriendo la maleta para sacar los dos galones y medio de gasolina, le dió uno a John y el otro lo dejo en la maleta siguiendo el camino de sangre que había dejado su amigo, de regreso alzo la maleta y esparció el resto del líquido inflamable encima del capo y del hombre. Se apartó dejando que John terminará con el otro galón. —Aquí estoy Johnny... Iremos a mi cueva para que te limpies. — tenía cierto toc con esa cuestión, pero igual debían deshacerse de esa ropa. Espero al contrario para que se fueran de ahí.
