Siempre le dijeron que su mirada reflejaba el oceano, esas olas tan bellas que se movían con la brisa marina y eran tan capaces de reflejar tanto sin decir una palabra.
— A toda la poesía que soltó él.- Suelen halagarla, sí. Pero jamás a tal punto y la incomoda un poco, por eso no está apartándose de Sei, mientras escuchaba a William en silencio. No sabe que responderle.
Escuchó la presentación ajena y luego al mayor del cual no quería separarse ahora mismo. — Tienes razón..- Lo que le sorprende a la muchacha rubia es.. — ¿Por qué mencionó lo anterior?- La tomó por sorpresa mientras estaba con el dragón.
Luego de un buen rato miró al joven y luego viró la mirada a la menor que permanecía a su lado. —Su habla es similar a la de los poetas que canturreaban la Ilíada — Se lo dijo a la joven mujer.
Me han llamado por muchos nombres. Tantos que he quedado en la locura por encontrarme. (?) O solo puedes llamarme.... William. Pirata - Ladrón - Capitán y asesino.
En tu mirar encontré el amanecer al alba. Un visillo luminoso que cubre la montaña más alta, el pequeño río y el más vasto océano. Entras por mi ventana acariciandome hasta sentir un cálido òsculo que me despierta, susurrando tu nombre al aire esperando que te encuentre. Solo yo navego este navío con velas de esperanza y el viento a favor. La inmensidad del tiempo me domina, me toma preso en un limbo de locura e impaciencia. Tengo una tormenta en mi interior, una inagotable sed que solo se verá saciada cuando tome de tus labios; y que el mismo sea más profundo que el tiempo, eterno, abismal y perpetuo.
Tú piel es el prado donde nace en cada primavera, las rosas que adornan tu esplendor. Digno solo aquel que tenga permitido entrar en tu reino y con solo un vistazo, haga tambalear al más fiero caballero. Tú qué con solo una hoja has logrado derribarme atravesando mi armadura, mi escudo.
No creo ser acreedor de tu corazón, pero al menos, quiero vivir y contar mil historias en es
