La gran fiesta se había extendido por todo el reino, música, baile y gran bullicio, todo era maravilloso, vibrante, Asernova gloriosa cómo siempre mostraba lo mejor de sus habitantes.

La gente disfrutaba del momento, era digno de postal...hasta que la paz se acabó.

Un gran estruendo que hizo temblar el suelo se escuchó mientras una columna de humo se levantaba hacía el cielo, creando gran caos entre los habitantes que corrían de un lado a otro buscando resguardarse de aquello que se avecinaba, la gran puerta que permitía el acceso al palacio principal había caído, el reino estaba siendo atacado.

La guardia real se movilizó con rapidez, había que proteger a los reyes y príncipes, la música fue rápidamente reemplazada con gritos y tumulto algunas casas comenzaron arder haciendo que el fuego se extendiera,

La reina miro aquella escena, su primer pensamiento "¡Había que salvar a la gente!"

Tan pronto como aquel momento en el que el caballero mostró sus respetos y saludos hacia los soberanos de aquella tierras, aquel caballero siguió los pasos a su amada doncella hasta su lugar en la mesa, al costado derecho de Alix. Se mantuvo en un sereno silencio durante aquella bienvenida por parte de la reina, dulces palabras mostrando el júbilo del momento que solo una reunión como esta podía otorgar.

Aplaudió con moderación, mientras una tenue sonrisa se dibujaba en la solemne faz del caballero.

Una vez que terminó de saludar a sus padres y su pareja se acercó a ella, siguió el camino con este hacia su lugar designado, tomando asiento en una de las sillas.

Por su parte, sus lobos se desplegaron por la zona, ocultándose entre la vegetación que estaba en la cercanía.

Al escuchar las palabras de su madre, posterior a ello, aplaudió con bastante efusividad y emoción.

— Bellísimas palabras, madre.

Susurró para si misma.

Mantuvo una postura firme en todo momento, estaba de pie a su hermano prestado total atención al discurso de la reina, entendía bien por qué cada habitantes del reino le tenían tal devoción, ellos mimos eran muestra de la bondad de los regentes, una vez termino aplaudió a ella. Para luego inclinarse levemente hacia Zaret cuando esté le hablo — Es por qué eres una oveja negra en el rebaño — Menciono a este sonriendo suavemente para luego retomar su postura. La gente comenzó acercarse a dónde los reyes estaban lo cual fue señal clara para Rayen de dar un paso o dos lejos del tumulto, tomo a Zaret por el brazo y se apartaron de la muchedumbre —Siempre suele haber gran conmoción — Respondió con franqueza, si bien les habían criado con la idea de que ellos eran parte de la familia real, era en estás ocasiones dónde sentía más desencajar, aún así, por el respeto y devoción a los reyes permanecería en el lugar —

El rey por su parte, recibió a todos y cada uno de sus hijos por igual. Para Axl ninguno tenía mayor privilegio sobre el otro, pues a todos los consideraba igual de importantes sin distinción. Los abrazó, los felicitó y orgulloso, observaba como todos habían crecido y madurado para bien a su manera.

Recibió los obsequios que le fueron llevados y aunque se preocupó por el prometido de Nirelle por su condición, dejó que ella se encargara pues prácticamente pronto sería él, parte de la familia. Por otra parte, escuchó con serenidad el discurso de la reina y tras finalizar este, rompió el silencio con aplausos que el resto de la población amplificó con sus vitores a la reina de Asernova. Axl no podía ser más feliz. Su familia finalmente estaba completa una vez más.-

El ver llegar a su hermano fue un gran alivio para él, soltando un suspiro al liberar la tensión, incluso mostrando una ligera sonrisa antes de verlo acomodarse a su lado.
Fue atento a las palabras de la reina, escuchando en seguida el tumulto, gritos, aplausos, todo mezclado e incluso lastimando ligeramente sus oídos, pero acompañando con un par de aplausos más leves y propios.

—Finalmente llegaste. Me sentía como la oveja negra del rebaño~—

Musitó suave, en un murmuro a oídos de su hermano y con cierto tono de gracia, claro que sin afán de ofender a la familia real, pero el contraste era bastante evidente, ellos de colores alegres, llamativos y florales, mientras que los hermanos más oscuros, opacos y conservadores.

—Sin duda las fiestas de Asernova no dejan de sorprenderme. Aunque aún no me acostumbro a tanta gente alrededor.—

-Nirelle por su parte cambio su rostro alegre por uno algo preocupado al ver a su novio en ese estado, no había manera de que llegara así y la celebración era tan relevante que sintió que era incorrecto tenerlo ahí más tiempo, saludo al resto de sus hermanos y recibió los obsequios que llevaba su novio para los reyes, en una caja había un collar en forma de "V" con una gota de diamante junto a unos aretes de la misma forma y para su padre una túnica tan blanca como la misma nieve con algunos adornos de hilos dorados. Se acercó a sus padres para entregarles en propia mano los detalles y les susurro que iría a arreglar algo con su novio pero volvería enseguida.

Después del discurso de su mamá aplaudió y sonrió a todo el pueblo que tanto venera a sus padres y les dejo un último saludo antes de tomar a su pareja y llevarlo consigo al palacio-

-Nahiara, en todos sus años, no dejaba de sorprenderle y maravillarle la devoción y cariño que los habitantes de Asernova sentían para con su reina.

Tomaba firmemente la manita de su hermana Amaris para que no se le soltase en medio de toda la muchedumbre, pues aunque estaban cerca del trono de sus padres, no faltaban aquellos que querían verlos más de cerca, acercarse al lugar creando gran tumulto.

Pocas veces los guardias habían tenido que intervenir, pero dado que ahora no había gran guardia en los alrededores que unos cuantos en las esquinas, que pensó que esta vez podría ser el caso.

—Amaris ¿Quieres que vayamos por unos dulces? —Le preguntó Nahiara a su hermanita cuando la reina terminó el discurso, teniendo que hablarle en voz alta para hacerse escuchar por encima de los aplausos y los vítores.—Vi unos de flores al otro lado de la plaza. ¿Vamos? —

-La llegada de uno de sus hijos fue recibida con la misma efusividad, sus amadas princesas, que llenaron el lugar de luz con su belleza, virtuosas y valientes, sus príncipes guerreros, trayendo con ellos orgullo para el reino, para todos ellos es que Asernova se vestía de gala, la presencia de los caballeros que acompañaban ahora a sus hijas también fue motivo de celebración, nuevos lazos y nuevas alianzas conocerlos y compartir ahora con ellos un momento de gozo como este era un nuevo capítulo en la historia del reino, una vez estuvieron todos ahí, miro a su esposo, la música se hizo leve hasta que se detuvo al tiempo en que la reyes se ponían de pie, aquel vestido de tonos blancos resaltaba lo avanzado de su embarazo, tomo la mano de su rey y dió un par de pasos al frente antes de empezar a hablar, mirando a todos los presentes-