Sus facciones podían notarse un poco tensas y pese a eso sonrió para la loba quien parecía realmente disfrutar de sus fresas. Se acercó tomando asiento a su lado y en su lugar se encogió un poco. — Mi hermana vino a buscarme y hay temas delicados que tuvimos que abordar...— cerró sus ojos, levantó sus manos peinando su cabello hacia atrás. — En momentos así no puedo simplemente ignorar a mi manada, me necesitan y aunque no esté con ellos debo hacer algo al respecto. —
—Creí que estabas lejos de tu familia.— Sus orejas de lobo se movieron ligeramente, sentía curiosidad, sin embargo pronto se dio cuenta que quizás estaba siendo entrometida, y se concentró en comer las fresas con chocolate que Naqi'a le había comprado. —¡No tienes que explicarme! Solo es que... me preocupo por ti.
Permaneció en silencio un momento, suspiró y se levantó de su asiento comenzando a caminar de un lado a otro. — Temas...familiares Lillia. — Se detuvo y volvió a suspirar pesadamente. — Lo siento Lillia, no se supone que debes verme así —
