Posó su brazo para que ella se afianzará, así caminarían.

— Con comida todo aumenta ¿Verdad?

La cola del varón se movía de lado a lado hasta afincarse en el rededor de la cintura de la chica, se la llevaría para ponerla gordita y bonita de comida ~.

Entonces sólo eres fiel si te dan comida. Como yo. (?)

— Se permitió bromear con él, quitándose la humedad de los ojos con sus largas uñas. Era una experta en usar esas uñas sin lastimarse.—

Hecho.

A pesar de lo ruda que Nana podría mostrarse, el mono valoraba esos sentimientos que se expresaban o salían a flote con él. El varón ahora la ayudaría a despejarse para no estar en tanto sentimentalismo.

— Dame bananas y te seré el doble de fiel, aprovecha la ganga (?)

Eres un estúpido.

— No era un agravio en realidad. Se reía cubriéndose los labios con una mano, mirándole fijamente. Qué especie rara resultaba ser Sun, bastante chistoso en toda su esencia.—

Me da gusto conocerte. Quiero que me seas leal, ¿de acuerdo? No me estafes a mi también.

— Guiña un ojo, luego frota ambos de estos con un delicado movimiento de sus índices. Ah, qué molestia ser tan sentimental.—

Se peino con sus dedos sus cabellos hacia atrás, le hacía falta ya un corte nuevo, se elevo de hombros.

— No creo ser buen chico, fui estafador... Aunque

Se cruza de brazos pensativo, tenía sentido haber reencarnado en un mono, se les conocía por "ladrones". Aún tenía dudas sobre su esencia actual.

— Creo que nos estamos recién conociendo, entonces mi reina

Le hace una reverencia inclinandose con su cola elevada.

— Soy su fiel ... Mono-servidor ~

Hace ese chiste que muy bien Nana haría.

Ya veo.

— Responde en un hilo de voz. Su mirada estaba en él, como esmeraldas brillantes por el humedecer de sus ojos. Quizá se había conmovido, más de lo que le gustaría admitir. Sun era una criatura molesta pero de buenos sentimientos con ella. ¿Cuántas personas así había conocido, aparte de él? Nadie.—

Si me quieres ver como una reina, esta bien, tratame como a una entonces...

— La sonrisa aparece, y con algo de esfuerzo ya no se veía tan decaída, olvidando que casi se deja llevar por las lágrimas. No quería que Sun viera lo miserable que se sentía, mejor ser la princesa orgullosa y confiada.—

Eres un buen chico. Aunque ames lo ilegal, se ve a kilómetros que no eres como los demás. Gracias por... nada, sólo gracias, mono.

—Se llevo* su propia mano a su nuca rascando, admitía que era buen estafador y buen jugador honesto cuando se lo proponía—

Amo lo ilegal... Trate de alejarme de eso cuando...

—La sonrisa se le borro un poco sin embargo alejo todos los recuerdos y pensamientos—

El punto es que eres una reina, al menos para mí, Queen piraña. Te luce muy bien esa vestimenta, me llamo mucho la atención ~

—Sabia tan poco de aquella chica que por eso Sun trataba de acercarse más y más sin ser invasivo. Dio una sonrisa suave acercándose más a ella posando sus manos encima de las de ella—

Claro que eres una reina... Tienes porte de una, eres la reina de los monos

—Dice sonriendo un poco más—

La reina piraña que molesta a este mono tonto y desaliñado, una que tiene unos dientes lindos y afilados

—Su índice se poso debajo del menton ajeno para elevar aquel rostro, Sun inclino un poco su rostro por lo alto que es para verle mejor—

Además de buen humor con chistes que terminen en mono ~ haha...

—Le suelta el menton aún manteniendo esa suave sonrisa al hablarle, Sun enseguida se fue a un recuerdo con su vista hacia arriba—

Hum... Hace mucho tiempo, me gustaba jugar y apostar dinero, la adrenalina era increíble... Todos los trucos que aprendí, cielos

—Se llegó su propia mano a su nuca rascando, admitía que era buen estafador y buen jugador honesto cuando se lo propo

— La mirada de Nana se mantuvo centrada en él, sin decir nada. Ni siquiera cuando le quitó la corona y se la colocó en su cabeza, dándole un aspecto de rey villano por alguna razón.
Ella volvió a quitársela después, y tocaba aquella corona, apretando un poco el material frío y duro.—

No soy una reina, esa es mi hermana. Esta corona es suya.

— Eleva los hombros, hablando en pausas tranquilas. Su humor cambió de pronto.—

Me gusta lo prohibido, por eso estoy lejos de casa.

—Enarco una ceja ¿Ella se estaba haciendo la dura? ~ el rubio fue acercando su rostro hacia ella persiguiendo su mirada que estaba distraída con esa corona—

A ver...

—Acerca sus manos a la corona para retirarla con calma y colocarla en su propia cabeza—

Ser un rey mono con una reina piraña no está mal ~

—Se cruzó de brazos galán para que ella lo admirará, alto y apuesto para ella, el varón sonrie ladino retirando esa corona de él para colocarla en la cabeza de ella—

O quizás mejor, un caballero que cuida a la reina, algo más prohibido