Se giro de lado acomodando su postura, así prestaría más atención a la joven, apoyaba su mejilla en su propia palma. La cola continuaba esas caricias a la cabeza de la chica pero por un momento bajó y la misma jugaba a hacerle cosquillas en la nariz de Nana.

— Quiero aprender... Enséñame también a escribir en la arena.

Era curioso, muy curioso y le gustaba el intercambio que estaban realizando al charlar.

— Puedo enseñarte idioma mono. Es más sencillo que el inglés (?) Todo depende de la entonación, parece tonto pero sirve para comunicarse en otro le guaje por decirlo así...

Se imagino a Nana manejando, sería divertido también enseñarle.

— Tienes que cumplir las leyes de tránsito, así no te multan

Se arrimo un poco más a ella para estar más cercano y mirarla desde su posición.

— Con los dedos, en la arena. Esa es la escritura que conozco pero no mía, porque vengo de un arroyo. Allí, no existe eso de dejar notas y mensajes... Por eso quiero aprender.

Era la primera vez que menciona su origen. Sun siempre había estado acusándolo de ser esto y aquello, y eso resultó un fastidio. Pero ahora que se llevaban bien, no tuvo problemas en decirlo.
Nana cierra uno de sus ojos recibiendo la caricia en la cabeza.

— También quiero aprender a conducir pero eso otro día. ¿Me enseñas?

Tenía sus ojos cerrados escuchando a Nana. Sus propias manos se posaron en su vientre, la cola de Sun en cambio fue para acariciar la cabeza de Nana, como si tuviera consciencia aparte.

— ¿Y como escriben?

Pensó que quizás en el aire ¿Pero como? El varón abre sus ojos y gira su rostro teniendo cuidado con los lentes que tenía puesto de Nana.

— Me gustaría conocer más de ti... Ya sabes, esas cosas de dónde vienes

Si estaba interesado en saber sobre la cultura de Nana.

Aprender era agotador, a la par de satisfactorio. Incluso con todas sus dificultades también sentía orgullo consigo misma.

Luego de estirar los brazos arriba miró a Sun de reojo. ¿La dejaría dormir una siesta? Sin preguntar se fue recostando en el suelo también, pero boca abajo, con los brazos sirviendo de almohada para su cabeza.

— Conozco otro tipo de escritura, pero no es similar a la de ustedes. Ni siquiera usamos lápices...

El avance de Nana era rapido, nunca se imagino que él pudiera enseñar a alguien sobre algo. El varón le vino un recuerdo y solo sonrie un tanto melancólico, recordó cuando alguien especial le enseñaba cosas a él también.

— Lo estás haciendo increíble.

Admitía con ánimo y orgullo, a diferencia de ella los roles habían cambiado, el chico estaba más tranquilo y algo más maduro tomándose el rol de profesor en serio. Sin embargo el tema de la carta era algo que lo tenía ansioso ¿Ella sentiría lo mismo que él? Negó para sí mismo, no pensaría en ello.

— ¿Que tal un descanso?

Le quita los lentes para el ponerselos. Ambos estaban sentados en el suelo de aquella casa de la amiga de Nana, Sun se acuesta y estira todo su cuerpo estando boca arriba bostezando.

— Ya pronto leerás lo que desees, la comprensión lectora es importante, entender los mensajes, lo que Alguien quiere decirte y todo eso...

— Ya sabes qué dice, profe. (?)

El tiempo juntos la volvió más alegre (y molesta). Luego de acomodarse los lentes que no necesita, inclina la cabeza hacia el libro y comienza a leer, lento, a veces estancada en alguna palabra.

— No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo lo hice mi amigo y ahora es único en el mundo.

Un mes había pasado desde que Sun cumplió su promesa de enseñarle a leer.

— ¿Y que dice aquí?

Señalaba con su índice un párrafo de un libro que estaban leyendo juntos.