Observó el contenido de aquella bolsa y la sostuvo tras levantarla desde la parte inferior de la misma para corroborar el número de piezas, parecían ser las solicitadas, incluso hasta más; igual checó aquellas piezas de plata. Eso sería suficiente.

—Oh... muy bien...

Se había dado cuenta tras mirar desde el rabillo del ojo aquella mueca irritada, además de aquel tono de voz en su respuesta, que se trataba de algo bastante personal. Como todo profesional, no indagaría más en dichos asuntos a no ser que fuese revelada mas información, aún así respetaría la privacidad de cualquier cliente.

—Espero ayudarlo de la misma manera en un futuro, Monsieur.

—Wow... Interesante.—

Comento mientras preparaba un par de frascos, sin soltar un cigarrillo que sostenía entre sus labios. Cada frasco tenía la capacidad de al menos ciento cincuenta mililitros. Su expresión era inmutable, serena y nada sorprendida pese a la previa respuesta.

—¿Conoce la toxina de las ranas punta de flecha? Es muy buena, tanto que los nativos sudamericanos las usan como su nombre lo dice. Si combina estás tres toxinas, es posible que logre un veneno ideal.—

Agregó aquel hombre mientras su sonrisa aparecía en su rostro.

—Bueno... Aquí tienes, compañero. Por la Conium pediré tres piezas de plata, y por el veneno de Basilisco serán cien piezas de oro... Simple curiosidad, pero ¿Se puede saber a quien envenenara?—

—Segun antiguos escritos, era conocido como Fénix en el mediterráneo, y Bennu en la región del Nilo. Es este último donde se han reportado más avistamientos... Por lo que no se limita a una simple leyenda. Según aparecía a los puros de corazón.—

Comento rascando su barbilla, recordando algún otro método de curación. Aunque ese era el más efectivo al usar sustancias.

—Si de venenos se trata, también está la Cicuta o Conium mejor conocida, es una planta nativa de Europa y el Norte de África que crece en zonas húmedas y frescas, como pueden ser cauces de ríos y charcas, ahora está en casi todo el mundo. Ataca al sistema nervioso central... Su efecto es inmediato.

—Bueno, considerando que la mayoría de los venenos naturales provienen de la mezcla de plantas y animales, sin alteración alguna. Hay venenos que se crean a partir de la combinación de éstos y algunos otros minerales. Incluso puede mezclar los venenos más potentes para que al sanador se le vea complicada la sanación.— Comentó mientras le da una calada a un cigarrillo que sostenía entre sus labios. —La magia de sanación busca separar los elementos tóxicos uno a uno, si combina varios sintéticos, es posible que la tarea de sanar sea difícil y hasta imposible. Aunque... el veneno de Basilisco es algo de otro mundo, la toxina es de algun modo de origen mágico, por lo que un antídoto a base de la misma toxina es la única que funciona, eso y las lágrimas de un fénix... Pero, hahaha eso último es difícil de conseguir... Usted me entiende.—

Lo que menos pueda encontrar la magia de sanación... y que actúe en un mes... **Responde con seriedad a la pregunta del hombre.** ¿Qué es sintético...?

—Eso depende del tipo de veneno que busques... ¿Sintético o natural?— Saco una libreta desde el bolsillo de su camisa. Comenzó a buscar en el listado que había registrado.—Ademas... ¿Que tan inmediato quieres lo deseas?—

No creo que sea prudente... **Responde con seriedad y frialdad, aunque, por otro lado.** ¿Cuál es el veneno más fuerte que puedes conseguir...?