—Ladeó el rostro, perdiéndose en el rostro angelical de su novia, que poco a poco cerraba los ojos, dejándose hacer por Noah, que se paseaba por su espalda con caricias suaves, como si estuviera dibujando con su dedo índice, pintando en un lienzo blanco.— Tienes razón, Ali se puede mostrar agresiva, pero seguro es para protegernos. —El Sol estaba escondiéndose de a poquito y al atardecer lo acompañaba una brisa fresca. Además de acariciar su espalda con la mano izquierda, con la diestra alzaba una de las piernas de Ari encimándola sobre él, aprovechando para mimarle.—