—Daba más mordiditas y succiones sobre el cuello del castaño riendo también al escucharlo reír. Le encantaba escuchar que era suyo así que como muestra de felicidad subió nuevamente para darle una serie de besos en los labios.— ¡Sí, sí, sí! Solo mío, mi Noah.

—Cada noche Ari le robaba risas y sonrisas al mayor con sus juegos. Su piel se erizó un poco por las cosquillitas que le daba al sentirla por el cuello.— Así es, eso es lo que dice: soy únicamente tuyo amor, mi ardillita radiactiva.

¡Malvadito, malvadito, malvadito, malvadito! —Dejó que la cubriera con las sábanas en medio de su ataque de besos que le dejaba en todo el rostro aunque procuraba no tocar mucho a los labios. Al final fue descendiendo por el mentón con pequeñas mordiditas que no dejaban huella alguna de sus travesuras al menos no hasta llegar al cuello el que fue castigado con algunas marquitas que eran provocadas por la succión que generaba con los labios.— Aquí dice que Noah le pertenece a su ardillita. ♡

¡Jajajajaja! Lo sabía. —Miraba desafiante y con una sonrisa juguetona a su novia, que lo tachaba de todas esas cosas que siempre solía decirle. En cuanto la menor se le encimó y empezó a dejarle besos por todo el rostro, Noah se abandonó, entregándose al completo y buscando las sábanas para cubrirlos a ambos.— No tengo problemas con eso. ~♡

—Estaba en su pequeño mundito cuando sintió las manos de el alzar su rostro desde las mejillas, sorprendiéndose por el beso que no esperaba pero que tampoco hizo mucho esfuerzo en no corresponder. Cuando se separaron sentía el rostro arder y las mejillas las infló lo más posible antes de poder hablar.— ¡No, no! No se vale, estás haciendo trampa, malvadito. ¡Eres un malvadito porque me besaste y no pude completar mi castigo! —Refunfuñó como solía hacer cuando estaba en desacuerdo con algo. Al final se acomodó sobre él para llenarle el rostro con besitos.— ¡La ardillita te comerá! Ese será tu castigo.

—Notaba como impacientemente buscaba perderse en el tiempo e intentar aguantar de más, paseándose con el dedo por su abdomen marcado sin un recorrido claro. El castaño rodó los ojos y le detuvo. Se levantó cuidadosamente y con gentileza tomó entre sus manos al rostro de la contraria para besarle en los labios.— Lo siento, pero no... No has podido. (?) —Estaba seguro de que ahora volvería a tacharlo de malvadito y de tramposo y eso ocasionaba que riera.—

¿Solo dos minutos? ¡C-claro que puedo durar más! —Era un verdadero reto el que le estaba imponiendo pero lo haría, le demostraría que podía durar más que eso aunque ya estaba a punto de alzar el rostro y besarlo. Cerró los ojos fuertecito para concentrarse en solo dejarle caricias en el vientre hasta el torso.—

Bueno... Está bien. Después de todo creo que puedo aguantar unos... ¿Dos minutos quizás? No creo que aguantes mucho más. —Él por igual le retribuía los mimos que ella le hacía otros en su espalda y en su cabeza, jugueteando con los cabellos.— Jajajaja ~

¡Sí, claro que sí! Nada de besitos durante... l-lo que pueda resistir sin besitos. — Infló la mejilla que tenía expuesta ya que la otra estaba recargada sobre el torso del castaño. Mantenía las caricias porque le gustaba mucho hacerlo y era castigo de besitos, no de tocarlo.— (?)

Hey, espera un momento, ¿cómo es eso de sin besitos? ¿De verdad serás tan mala conmigo? ¡Era una broma! —Exclamó Noah, aunque tratando de disimular una risa.—