─Debido al recorrido que hacía la nariz del mayor sobre su piel, la castaña inclinó la cabeza hacia atrás para despejar el cuello y dejarlo a la vista de él para que pudiera juguetear en aquel lugar. Por su parte, las manos femeninas acariciaban dulcemente los cabellos del castaño, dejándole algunos jalones muy suaves.─
─Murmuró reafirmando una vez más que solo le pertenecía a ella, únicamente a ella. Su nariz se restregaba contra su clavícula y subía a su cuello para volver a dejar, justo como en un inicio, mordiditas juguetonas.─
Me gusta esa parte que dices que solo yo puede domarte. ♡ ─Besó los cabellos de su castaño una vez éste estaba restregándose sobre su pecho, provocando que el tirante que quedaba sobre su hombro se deslizara hasta su brazo y cayera debido a lo holgado del vestido.─
─Asintió reiteradas veces, muy animado ante su trato gentil y luego se restregó contento contra su pecho.─ Todo tuyo, caperucita. Solo tú puedes domar a este lobo. ♡
─Con sus ojos lo siguió tras las estremecedoras mordidas y aunque no se lo esperaba, recibió gustosas las lamidas a lo que sus mejillas se ruborizaban por aquello. No tardó en subir las manos hasta los cabellos de él para mimarlo, le recordaba mucho un lobito por sus gestos y accionar.─ Mi Noitah feroz. <3
─Dejó de morderle para subir por su cuello hasta el rostro, olfateándole juguetonamente. Se detuvo a verle, ladeando el rostro como los perros suelen hacer, de manera curiosa, y enseguida procedió a dejar lamidas por sus mejillas.─
