—A medida que el castaño iba subiendo por sus clavículas hasta su cuello con besos, la menor iba inclinando la cabeza a modo de poder despejar aquella zona para dejarse hacer por el mayor. De vez en cuando algunos suspiros cortos escapaban de su boca como también se estremecía mientras su piel se erizaba. Tímidamente fue metiendo las manos bajo la camisa para tener contacto directo con el vientre de su novio, remarcando con sus dedos sutilmente los abdominales que tanto le gustaban.— Sí, me parece una buena idea dejarnos llevar justo ahora.
¿Dejarnos llevar? Creo que ya lo estoy haciendo... ─Susurraba, prosiguiendo con sus besos. Siguió su recomendación y hacia delante, buscando sus clavículas para repartir más de ellos, deteniéndose a sentir su exquisita fragancia.─ Tenías razón, por delante se siente incluso más, estabas en lo cierto. ─Alzó el rostro, con el tabique buscó hacerse un espacio, subiendo por su cuello con más caricias y suspirando encima de la piel, soltando una brisa cálida. Una de sus manos no había perdido el contacto con la piel de su muslo, acariciando ligeramente, en una caricia con las yemas de sus dedos.─ ¿Entonces está bien si nos dejamos llevar?
¿Y si nos dejamos llevar? Yo creo... Yo creo que sería buena idea. ─Suspiró suavemente con los ojos cerrados para disfrutar mejor de las caricias del mayor sobre su cuerpo, dejando un pequeño espacio en el cuello para que le fuera más cómodo repartir aquellos besos. Nuevamente se mordió el labio inferior a la vez que recargaba su cuerpo un poco más sobre él.─ ¿Te gusta? Puedo recomendarte hacerlo por adelante, ahí se siente mejor el aroma.
Lo siento, pero es que yo tampoco puedo contener lo que siento. Ahora mismo el corazón me late a mil por hora... ─Inevitablemente rió, de forma nerviosa y con un delicado suspiro hacia el final. Aprovechó la cercanía para dejar un camino de delicados besos, muy cortitos, sobre la piel de su cuello. Una de sus manos bajaba peligrosamente por la tela del vestido, sobre su muslo, queriendo pedir permiso.─ Se que no es lugar ni momento, pero tu perfume... Hueles tan bien, tan delicioso...~
Cuando Noah habla así, siento mi cabeza dar vueltas. ─La piel de la castaña se erizaba a medida que los dedos de él iban acariciándola, recargando su espalda sobre él e inclinando la cabeza en dirección contraria con tal de despejar un poco su hombro, mordiéndose el labio inferior al sentir la respiración de su novio tan cerca.─
Solo contigo lo soy. No... puedo evitarlo, es que eres tan irresistible. ─"Caminó" con sus manos y dedos hasta su vientre, abrazándola y pegándola con suavidad a su cuerpo, reposando la cabeza en su hombro. Allí respiró su deliciosa fragancia, suspirando.─
