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E1581011 · 22-25, M
Aincrad, un lugar lleno de desafíos y maravillas, se extendía ante los ojos de Eugeo. Cada piso presentaba sus propios peligros y bellezas únicas, y en este momento, Eugeo se encontraba en un hermoso prado en el piso 22. El viento jugaba con su cabello mientras admiraba el cielo azul.
Pero su mente estaba ocupada con pensamientos de alguien en particular: Eiji. Aunque no conocía al jugador en profundidad, había algo en él que lo intrigaba. Su habilidad en batalla, su determinación, todo en él llamaba la atención de Eugeo.
Decidido a conocerlo mejor, Eugeo sacó un pergamino y escribió una nota:
"Eiji-san,
Me encuentro en un prado tranquilo en el piso 22 de Aincrad, un lugar ideal para un breve descanso. Te invito a que vengas y compartamos historias y experiencias en este mundo. Tengo la sensación de que hay mucho que podemos aprender el uno del otro.
Espero tu respuesta.
Eugeo."
Con un suspiro, Eugeo dejó que su familiar de mensajes, una pequeña mariposa de luz, se llevase la nota. Ahora todo lo que quedaba era esperar. A pesar de los nervios, Eugeo se sentía emocionado por la perspectiva de profundizar en su relación con Eiji. Después de todo, Aincrad no se trataba solo de luchar, también se trataba de forjar vínculos y crecer juntos.
Pero su mente estaba ocupada con pensamientos de alguien en particular: Eiji. Aunque no conocía al jugador en profundidad, había algo en él que lo intrigaba. Su habilidad en batalla, su determinación, todo en él llamaba la atención de Eugeo.
Decidido a conocerlo mejor, Eugeo sacó un pergamino y escribió una nota:
"Eiji-san,
Me encuentro en un prado tranquilo en el piso 22 de Aincrad, un lugar ideal para un breve descanso. Te invito a que vengas y compartamos historias y experiencias en este mundo. Tengo la sensación de que hay mucho que podemos aprender el uno del otro.
Espero tu respuesta.
Eugeo."
Con un suspiro, Eugeo dejó que su familiar de mensajes, una pequeña mariposa de luz, se llevase la nota. Ahora todo lo que quedaba era esperar. A pesar de los nervios, Eugeo se sentía emocionado por la perspectiva de profundizar en su relación con Eiji. Después de todo, Aincrad no se trataba solo de luchar, también se trataba de forjar vínculos y crecer juntos.