En su mente ella sabría que algo había en ese sueño, que quizás no lo era. Sabía lo que había visto, entre la pesadez de sus párpados podría apostarlo. Se cubrió con la manta, aún a medio dormida pero aquello por nada lo olvidaría, el tono de voz y el aroma que pudo percibir.

—Nos veremos después.— dijo dando un último vistazo hacia la recamara antes de saltar por la escalera de evacuación. Desde abajo miraría la habitación sonriendo para si mismo, al regreso a su departamento pasaría por pizza para cenar.

Había tenido que ordenar su agenda, su trabajo, tareas y más. Ni siquiera ella misma podía explicar de dónde salió todos esos pendientes. Con lo que restaba de su conciencia activa, sintió un suave tacto levantarle y llevarla hasta donde juraría que era su cama acolchada y no el suelo frío donde se había recargado hacía menos de una hora. Su sueño era profundo, más alcanzó a abrir sus párpados, divisando una silueta, después una melena un tanto similar. ¿Será quien era quien pensaba de forma fugaz?
— Tú..—

Entro en su casa, no le importaría que le demandé por allanamiento de morada no podía seguir viéndola así. Con el cuidado que jamás había tenido por alguien la levantó haciendo que apoyará su brazo sobre sus hombros y la llevo a la cama, luego cubrió su cuerpo sin mirarla de forma obsena. La observó por un breve momento antes de desaparecer sin que nadie se de cuenta.