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26-30, F
Uиα gυεяяεяα dινιиα cαίdα εи dεѕgяαcια. ||Rp account.|| ||No lemon sin trama previa.||
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. . . Válgame, pequeña Nanna, veo que has crecido bastante desde la última vez que nos vimos, pero lastimosa es la manera en la que nos tenemos que volver a encontrar, por eso mismo, en memoria de tus queridos padres y de los Birdwhistle, te regresare al camino de la luz, te ayudare a regresar a casa.

-El paladín miraba fijo los ojos de la rubia en total silencio tras dedicarle aquellas palabras, acompañadas de una sonrisa torcida por tintes de tristeza, pues realmente no quería un encuentro innecesario con ella, no solo por ser una compañera de armas, una paladina como lo era el santo del valor de cabellos plateados a un par de metros de la rubia, el cual pasaba la cadena de tintes plateados sobre su cabeza, desmontando aquel masivo escudo de torre, tan ancho como una puerta y solo 5cm más bajo que el propio paladín quien cerraba los ojos por un momento, suspirando de forma pesada.-

¿Lo recuerdas, Nanna? ¿El día en que nos conocimos aquella tarde de otoño y tus padres me llevaron a la cede de tu orden para tomar reposo tras encontrarme en aquel cráter en medio del bosque?


Hace muchos años atrás…


-Aquella tarde de otoño, el viento mecía las hojas de los arboles teñidos de colores marrones, rojizos y amarillentos, en ciertos casos, ayudando a que los arboles pudieran liberarse de aquella carga como cada año era su costumbre, el ambiente era tranquilo, relajado y todo era un santuario paz, pero el único objeto disonante en aquella escenografía venia del cielo, bañado en fuego y luz a velocidad vertiginosa en dirección a un claro cercano en medio del bosque, dejando en su cola una estela de luz que podría confundir al objeto bañado en fuego con la caída de una estrella, algo inusual para cualquier persona, fuese experta o ignorante del tema, sin embargo algo era muy seguro y cualquiera podría presenciarlo directamente frente a sus ojos: Aquel objeto descendía cada vez más rápido conforme la fuerza de gravedad ejercida por la tierra cobraba su cuota en aquel objeto, indicando que el aterrizaje no podría nada lindo.

Y así fue, el estruendo y el impacto de aquella “estrella” cimbraron la tierra y los arboles como si fuese un pequeño terremoto, una considerable cantidad de tierra fue removida al momento y sobre todas las cosas, las criaturas del bosque no perdieron tiempo en escapar a buscar la seguridad en las zonas más quietas del bosque… Y en aquel punto de impacto, en aquel cráter ancho y algo profundo, no había restos de estrellas, pero si la figura de un caballero de grises cabellos, tupida barba del mismo color y rostro severo pero adornado de pequeñas cicatrices, el enorme cuerpo de 1.85m ataviado en una tosca armadura de batalla de color plata y detalles en oro, el cual parecía moverse un poco, quejándose entre gruñidos y jadeos cuando este intentaba mover su cuerpo al costado derecho, dejando que la larga capa celestina se ondease elegantemente sobre la espalda del caballero que comenzaba a toser un poco.-


”Uhh… Respira, Maxwell, respira y relájate, busca tus cosas… Y ponte de pie.”

-Decía roncamente, tratando de recuperar la calma, tocando su pecho con la palma enguantada de la diestra el lado izquierdo de su pecho, justo sobre el área de su corazón y un poco a la izquierda de un símbolo incrustado en el pecho de la armadura, tratándose de la silueta de una mujer de alas doradas extendidas a los costados y hacia arriba, así como sus brazos, pero extendidos a los lados, la cabeza de la silueta rodeada por una aureola que representaba divinidad, tomándose el tiempo necesario para buscar un poco de calma tras su llegada, pero sobre todas las cosas, lo que él mencionaba como equipo, tratándose de 2 espadas a su costado izquierdo que no dudaría tomar con la diestra, abrazándolas como si de amigas cercanas se tratasen.-

(Parte 1 de 2)