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(...) ese fin; será para ti. No para él. Largo.
*En el momento que escucha la pregunta, como si lo hubiesen petrificado, en un estado catatónico de enojo, el monarca se queda mirando, inmóvil, por unos minutos a aquel Siervo.*

¿Qué te hace pensar eso...? *Inquiere, por un primer momento en todo ausente, para después, cambiar aquella reacción por un gesto de total frialdad, algo habitual en él. Ocultando su sorpresa inicial y, por supuesto, la alarma que aquella pregunta le produce.* ¿Sabes que interesarse por el siervo de otro señor, y en especial si tu rango es inferior, amerita castigo?

Sal de aquí.
*Añade con total contundencia y marcada rigidez, por la pregunta, para agregar por último, señalándolo con la copa que tiene en la mano.* Que sea la última vez que te interesas en mis posesiones. Él tiene claras sus órdenes. Por lo que, si llego a averiguar que intentas tener alguna cercanía con él. La amputación a respectiva parte del cuerpo que uses para (...)
MxGs1572538 · 36-40, M
-Ciertamente el dirigirse hacia el Rey luego de haber recibido tal orden de retirada, ya era un incumplimiento, y efectivamente era algo de importancia, tan así que se tomó el descaro de levantar la mirada hacia este, para cruzar su mirada con la ajena, claro sin perder esa seriedad a todo momento.-

¿Su siervo tiene pesadillas seguido? -Preguntó algo indeciso pero decidido a asumir cualquier castigo que se presentara, algo le decía que quizás ambos estén relacionados de algún modo, pero al desconocer su procedencia y nombre, puede que se esté equivocando y que esa sensación incómoda, solo sea producto a lo alterado que estaba por todo lo ocurrido.-
*Mientras el Monarca se sirve vino, presuntamente haciéndose a la idea de que el hombre finalmente se retiraría del despacho; las palabras del mismo lo hacen voltear en su dirección, con una leve curiosidad.*

Ya hiciste una. Aunque, he de suponer deseas saber algo con suma importancia, y, sin embargo, demasiado delicado. Tanto como para arriesgarte a recibir algún castigo por el atrevimiento...~ *Expresa el Rey, con un dejo de marcada ironía, y, aún así añade con cierta condescendencia.* Adelante... pregunta.
MxGs1572538 · 36-40, M
-Había comprendido más de la cuenta aquellas palabras de advertencias, aunque por otro lado no pretendía que alguien de tu raza termine mal por un mero descuido suyo. Aún le faltaba mucho que aprender sobre las conductas y reacciones de su ama, asumió que por ser una esparvus tendría capacidades resaltables pero otro lado, seguía siendo una niña inexperta, inconsciente de los peligros de los alrededores.

Por su parte solo asintió una vez sola con la cabeza, e iba a retirarse sin chistar, pero ante de ello, necesitaba averiguar algo que aún lo tenía bastante intranquilo, aunque no tenía idea como el monarca iba a reaccionar luego de la reprendida.- ¿Puedo hacerle una pregunta, Majestad?
La razón por la que no mando a ejecutarte, es porque detrás de tus absurdos patrones, no te considero una amenaza... *Comienza a expresar el Monarca, una vez que aquel hombre se encuentra en su estudio y presto para escuchar lo que tenga que recibir, ya sean órdenes o sentencia.* Si vuelves a permitir que mi hija se encuentre en peligro, no habrá ya una advertencia. No volverás a levantarte con la cabeza en su lugar... *Añade con un leve siseo, que, sin embargo se las arregla para resultar más estremecedor que si hubiese alzado la voz con esas últimas palabras.

Dicho aquello, con un ademán, un tanto despectivo, termina en una fría orden.* Retírate.
MxGs1572538 · 36-40, M
-Dadas las ordenes del monarca, el sujeto ingresa en completo silencio a la habitación, con la mirada entre baja, no deseaba ser insolente después de la reprendida de la menor, asumía que ahora era su turno por lo que se mantuvo con aquel rostro de seriedad, característico del caballero. No fue hasta que quedó a una prudente distancia del mayor que respondió de modo verbal a su llamado.- ¿Si, Majestad?
Ven aquí. *Se escucha la orden del Monarca, desde el otro lado de la puerta, en cuanto la niña de va corriendo del estudio y, huelga a decir que, para él, de ver a aquel esparvus degradado a siervo, decidir si la sigue o no, le parece por más desesperante. Por lo que aprovechará aquello para dar las órdenes que debió haber hecho desde la mañana.*
MxGs1572538 · 36-40, M
Si Majestad. -No omite más al respecto y baja la niña para que esta ingresara al despacho de su padre. Él por su parte, se queda fuera, totalmente pensativo sobre lo que había ocurrido con el otro siervo. Esa sensación extraña y repentina, sin duda lo desconcertó, más aún por no conocerlo. Quizás en algún momento se den las condiciones para que cruzaran palabra, pero ahora solo esperaría la salida de su ama.

Para cuando ella salió de ese modo tan abrupto, no sabía si seguirla o no, asumía que después de esa reprendida, debía dejarla sola con sus propios pensamientos, pero aún así estaba indeciso.
Erzebeth · 26-30, F
Déjanos solos. *Ordena finalmente el Monarca, en un tono seco.*


*Durante largos minutos, la chica permanece adentro del estudio con su padre y, cuando transcurren los mismos, se escucha detrás de las puertas una protesta, seguida de un abrir brusco de la puerta, por la que sale la jovencita, corriendo directo a su habitación, sin dignarse de mirar atrás, o siquiera dirigir la palabra al hombre que por poco muere con ella.*

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