-¿Es que me extrañan acaso?- Cuestionó, aunque no necesariamente se refería solo a las pequeños animales estelares, claro que para alguien como la diosa fue imposible resistir el acercarse hasta ellos y comenzar a regalar caricias a los adorables seres, quienes no repararon el saltar sobre el regazo de Citlatlicue -¡Son tan lindos! Pequeños traviesos-

Lo sé Citlatlicue, deberías de venir a jugar con ellos más seguido, seguro tu visita los alegrará. — Indico esto con un gesto complaciente en su rostro, dado que así tanto los ahuizotles como el podrían entretenerse con la presencia de la diosa.—

-Son preciosos Mixcoatl- Los ojitos de la diosa brillaron con cierta emoción ante la ternura de las criaturas que lo acompañaban.

Prefiero el término "Curiosos" aunque alguien de tu posición y estatus no debe desconocerlos.

Graciosos animales...