¡Escúchame bien, Malleus Draconia! ¡Me habrás vencido esta vez: Pero en la próxima, no tendrás tanta suerte! ¡Te arrepentirás de haber pisado Night Raven College, aunque sea lo último que haga! - Le amenazó a voz de cuello, apretando sus dientes y mirándole con odio. Intentó enderezarse, pero estaba muy débil al haber utilizado tanta magia.

Pese a las protestas del principe León no lo soltó, sabía bien que no estaba en condición de caminar por su propio pie —Guarda silencio—

Una vez dejo a Leona sobre el sofá, cuando esté trato de atacarlo y cae al suelo se acerca a él y sin importarle si al otro le molestaba lo levanto dejándole de nuevo en el sofá —Sabia que eras testarudo y orgulloso, más no tan idiota como para moverte en su estado—Hizo una pequeña pausa y le miro a los ojos —Yo jamás te menti y menos te traicione, eso es lo que tú decidiste creer, no me diste jamás la oportunidad de explicarte las cosas, simplemente diste por hecho que yo te había engañado— Se apartó entonces de el —Tus heridas no son tan serias, solo trata de descansar — Dicho esto se dió la media vuelta y busco alejarse de él—

¡¿Qué diablos estás haciendo?! ¡Bájame! ¡Suéltame en este instante! - Le gritaba al hada dragón, tratando de zafarse de él, pero se sentía agotado y sin fuerzas. - ¡Aún no he acabado contigo!

- Cuando es dejado en ese sitio, trata de abalanzarse sobre él y golpearle, pero cae estrepitosamente al suelo, maldiciendo por lo bajo al perder el equilibrio. - ¿Cómo te atreves a pisar las tierras de mi reino, como si nada hubiera pasado? ¡¿Cómo eres capaz de ver las caras de mi familia, aún después de que me mentiste y me traicionaste?!

Al verlo en el suelo se acercó a él, más no hubo prisa en sus pasos, cualquier otro le hubiera dejado ahí, pues esto solo era resultado de sus propias acciones.

Paso su mano fría por el rostro ajeno, no estaba muy herido lo cual fue de gran alivio, aún así se veía cansado —Sigues actuando como un niño, príncipe Leona— Murmuró mientras le tomaba en brazos para llevarlo a otro lugar, no cruzaría a savanaclaw, por lo que lo dejaría en aquel salón sobre el sofá dónde lo vio por primera vez—

Leona mostró una amplia sonrisa de triunfo cuando logró impactarle con ese ataque, descendiendo y cayendo al suelo ligeramente inclinado, apoyándose en su bastón mágico y jadeando de agotamiento, debido a que ese hechizo requería de mucha magia de su parte.

No obstante, cuando la nube se disipó y vio a Malleus ileso, sus ojos se abrieron de par en par, incapaz de creer que el hada dragón lograra sobrevivir. Intentó ponerse de pie nuevamente para seguir luchando, pero la fuerte ráfaga de viento causada por el hada dragón y combinada con las verdosas llamas, dieron de lleno a Leona, el cual no tuvo la rapidez suficiente de evadir ese ataque.

- Sufrió una leves quemaduras, pero no tenía las fuerzas suficientes para ponerse de pie de nuevo. Se desplomó al suelo, agotado y herido por el combate. -

Aquella esfera mágica impacto contra el hada dragón causando un estruendo, cualquier otro hubiera resultado herido por dicho ataque pero no fue el caso, aquel par de alas negras había servido de escudo para ello, una vez disipada la nube de polvo abrió sus alas y miro a Leona con evidente seriedad —He dicho que fue suficiente— Replicó sin apartar sus vista del principe León. Una llamada verdosa rodeo el cuerpo el hada dragón mientras este mantenía su vista en Leona, agitó sus alas produciendo una fuerte ráfaga de viento, no planeaba atacar a Leona, pero si el insistía iba a defenderse

"¡E-Es imposible!" - Pensó para sí, observando cómo el torbellino de arena que hizo aparecer con su magia se desvanecía poco a poco con la magia del hada dragón. Las miradas de ambos se cruzaron en el lapso de tiempo en que el torbellino perdía fuerza, haciendo que Leona apretara sus puños y, rugiendo furioso, fue corriendo hacia Malleus sosteniendo su bastón mágico.

De la punta de su bastón, un intenso brillo dorado en forma de esfera iba en incremento en su extensión de tamaño.

- ¡Argghhh! - Exclamó, con aquel cegador brillo dorado también en sus ojos, dando un largo salto y apuntando el bastón hacia Malleus desde el aire, para lanzarle aquella inmensa esfera mágica hacia él.

—Eso es lo que tú has decidido creer— Su expresión se mantenía serena pese a las palabras de Leona, no era extraño ya para el, que el príncipe león le hablara así, en otro momento, en la infancia le habría herido de.dorma profunda pero ahora, solo quería terminar con esto.


Levanto la diestra en dirección al torbellino, su mirada se poso en la de Leona, quería verlo a los ojos cuando detuviera su ataque, con un movimiento de su mano que emitía una verde llamarada el torbellino comenzó a detenerse gradualmente hasta ser solo un tenía brisa a sus pies —Ya he tenido suficiente, puedes atacarme las veces que lo desees, más no esperes que yo haga lo mismo, no voy a jugar este juego donde tratas de demostrarte que eres mejor —

¡Tú no me conoces! - Bramó furioso, aumentando mucho más su enojo ante la facilidad en la que Malleus se había desecho de la esfera de fuego con la que intentaba atacarle directamente. - ¡No se te ocurra huir, imbécil! - Se inclinó un poco y luego, se impulsó sobre sus pies para dar un alto y largo salto, siendo esto habitual en el león, al tener habilidades felinas. -

- Dio un giro en el aire, aterrizando de pie frente al joven hada, a unos pocos metros de distancia entre ellos. - ¡Si piensas irte de aquí, primero tendrás que enfrentarme! Podrás engañar a todos los reinos y al mismísimo reino de los Kingscholar...¡Pero sólo yo sé realmente lo que eres: Un falso y un traidor de mierda! - Los ojos esmeralda de Leona brillaron en un intenso color dorado, para luego hacer girar su bastón, el cual hizo aparecer un gigantesco torbellino, el cual iba hacia el hada dragón. -

—No sabía que tú debías admitir mi ingreso — Respondió con total calma, levantó su diestra y haciendo uso de su propia magia freno ataque que iba en su contra. Tenía claro que Leona le odiaba, ahora sabía cuánto, no hizo mayor expresión al mirarle — No has cambiado, aún dejas que tus emociones te controlen — Dicho esto bajo su mano y dándose la media vuelta retomo su paso, era claro que Leona quería pelear con el, pero no lo haría, no le daría un motivo más para odiarlo —