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Rol Privado

Firma de libros, 12:45 Pm, clima soleado.
 
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MrOrpheus · M
Ahora que lo recuerdo, es muy importante que no compartas ese número que escribí, es mi teléfono personal, ahí podrás contactarme siempre que quieras.

Soltó con normalidad, lo cierto es qué solo buscaba dar el enganche o seguro de que se atreviese a llamar en cualquier momento deseado por la joven.
Poco más tardo en llegar la orden de ambos, teniendo entonces Orpheus una taza de café cargado frente suyo al igual que un pequeño flan, solo lo pedía por comer algo, según su médico debía tener algo más en el estómago que solo café o lo lamentaria a los 40.

¿Qué tal si hablamos de ambos? Ir preguntando sería una buena forma... Tuve el honor de conocer a tú padre ahí abajo ¿Pero que hay de tú madre? ¿Suele ocuparse con otros asuntos?

No es que trabajase con dos musas al mismo tiempo antes, más la curiosidad hormigueante sobre sus manos era suficiente para preguntar.
MrOrpheus · M
Se mostró afligido, como si realmente fuese un pesar. Poco después de su pequeña actuación, solo aparto la mano de su rostro y la agito al aire un par de veces con lentitud, buscando restar importancia al asunto con aquella expresión al incluso rodar los ojos un breve instante, más cuando la mirada regreso en la contraria, nuevamente sonrió.

Puedes hablarme de tú por cierto, no creo ganarte por tantos años, aunque es cierto que escribir tanto acabo un poco con mi horario de sueño ideal, espero recuperarlo a la brevedad.

Tiro una pequeña verdad, pues si bien su descuido ante aquel ámbito si fue influido por la falta de tiempo para descansar por escribir, más el sabía que ello fue solo el complemento ante su más reciente examinación; Una madre soltera, la pobre dama ya había dejado ir a sus hijos a la universidad, cosa la cual aprovecho el autor en ese entonces.
MrOrpheus · M
En todo momento se mostró atento a las palabras de la contraria, realmente tuvo incluso el atrevimiento de reír por un momento y negar con la cabeza solo un par de veces (Esto mayormente por su último comentario) ya que, lo cierto es que si, había escuchado tantas veces historias similares sobre cuánto ayudaba con sus historias, pero la única verdadera razón por la que mantenía el interés en oírle, fue que se trataba de su musa, así como que por lo que escuchaba en unión a lo que sabía de su padre, podría cumplir con el perfil ideal del autor para sus próximos estudios, tenía curiosidad por las reacciones físicas aún después de la muerte.

No es para nada molesto oírte hablar, es como... Gratificante. Sonrió mientras que llevaba una mano a su pómulo derecho. Pues, me gustaría que fuera así, pero tengo... Dos firmas más, otra aquí y una más a las afueras de la ciudad.
N1580449 · F
[code]Se vio interrumpida por la llegada del "acechador". Al que observó dirigirle una mirada de aprobación a Orpheus como si le leyera la mente sobre su pedido y, después, notó que giraba levemente hacia ella, con pluma en mano y rostro expectante.

—Me gustaría pedir una rebanada de tarta de chocolate y fresas y un té de jazmín, por favor.

Cuando el hombre dio la vuelta y se alejó, Nova regresó su mirada al autor y sonrió.

—Lamento si hablé demasiado de mí. Debe de estar cansado tras haber escuchado a tanta gente hablar hoy. ¿Es esta su última firma de autógrafos antes de irse a escribir su siguiente libro?[/code]
N1580449 · F
[code]Pensó por un momento que el nombre "acechadores" iba mejor con la descripción de ese trabajo cuando, de pronto, la estrella del lugar se hizo presente y tomó asiento frente a ella mientras se disculpaba amablemente. Nova lo observó y negó suavemente con la cabeza para darle a entender que no tenía problema alguno, pero su falta de palabras se debió a algo más.

Se dio cuenta de pronto que Orpheus era una de las primeras personas que observaba tan de cerca fuera de sus padres, de Kiyoshi o de los meseros y guardaespaldas. No pudo evitar perder su vista en los movimientos ajenos, en el modo en el que se peinaba y en el suspiro que soltó. Lo estaba estudiando de manera sutil.

—Yo... estudio la universidad ahora mismo, señor —¿era esa una etiqueta apropiada para referirse a él?— Me enseñan en casa, tengo diversos tutores y todo eso. Verá, yo quería ser actriz desde muy niña, pero no pude hacerlo... Por eso acabé eligiendo "Aministración de empresas".[/code]
N1580449 · F
[code]Cuando llegó al sitio en cuestión, se abrió paso entre las mesas y eligió un sitio no muy alejado de la ventana que daba hacia la calle. Creyó que de ese modo podría entretenerse en lo que esperaba a Orpheus, y así fue... Se divirtió imaginando la vida de los transeúntes como si ella fuese la que dictase el destino de estos. Sus guardaespaldas, por supuesto, esperaban sentados a una distancia prudente de ella.

Por educación, declinó la oferta de ordenar y alegó que esperaba a alguien. Por suerte el mesero no le puso mala cara ni mucho menos, sino que la atendió con una sonrisa. ¿Amabilidad o se habría fijado en su ropa de marca y en su bolso caro? Nova quiso elegir la primera opción y le dedicó las mismas sonrisas de vuelta cada vez que lo veía pasar frente a su mesa, acechando. [/code]
N1580449 · F
[code]Al despedirse de Orpheus tuvo que enfrentarse a la mirada inquisitoria de un padre que no fue capaz de darle ninguna explicación por los actos que lastimaron físicamente a su hija, pero esto no le importó demasiado. En primer lugar, porque Nathaniel no era el tipo de hombre que le diera explicaciones a nadie, y Novalley no era la excepción. En segundo, porque la emoción de hacer haber quedado con su autor favorito opacó cualquier tipo de tristeza, molestia o frustración que ella pudiera tener. Y en tercero, porque temía que, de quejarse demasiado, su progenitor le retirara el permiso y se la llevara a rastras de vuelta a casa: cosa que había pasado más veces de las que podía recordar.

Inició su trayecto escaleras arriba, escoltada por dos de los hombres más grandes e imponentes que había conocido. Las personas la veían pasar con curiosidad, pero Nova no era famosa en absoluto, así que nadie se le acercaba ni se interesaba demasiado.[/code]
MrOrpheus · M
Suspiro un poco una vez pudo descansar en la cómoda silla de la cafetería, para entonces cerrar sus ojos un momento y llevarse ambas manos al cabello, solo para buscar peinarlo un poco y tener un poco más de presentación frente a la joven.

Bien, cuéntame un poco más de ti ¿Que estudias?

Interrogó entonces mientras que con solo un gesto de sus manos pudo llamar la atención de un camarero, lo cierto es que ya había ido ahí con anterioridad y por consiguiente, ya era conocido lo que el mayor solía ordenar, más este llamado fue más por su invitada, si deseaba ordenar algún postre o algo similar, era un buen momento para ello.
MrOrpheus · M
Conforme los minutos pasaron y el tiempo acordado finalmente termino, el mayor brindaría una sonrisa a aquellos que aún le miraban a la distancia, tomaría aquel saco blanco al igual que su mochila cruzada para poder retirarse de ahí, o por lo menos a primera impresión pues, sus pasos apresurados fueron hacia las escaleras de aquel gran local, comenzando entonces a subir los escalones rápidamente hasta poder pararse en el segundo piso.

Basto solo avanzar un poco y recorrer algunas mesas vacías hasta poder ver aquellos característicos mechones de cabello azulado y hacer que su sonrisa se mostrase con mayor enfasis hasta poder llegar frente suyo, tomando asiento entonces en la silla opuesta a la que la joven tomaba asiento en ese momento.

Mil perdones por la demora Nova, es... Complicado decir que no a los jóvenes, su felicidad es encantadora.
MrOrpheus · M
Claro que el estado de la frágil mano de su musa le hizo molestar de una forma peculiar, más decidió omitir cualquier apice de vulgaridad y hostilidad únicamente por la propia musa, limitándose entonces a sonreír hasta que su progenitor pudo darle el "permiso" para su reunión. Asintió ante la pregunta de la menor mientras juntaba brevemente las puntas de sus dedos entre si y apoyaba los codos sobre la mesa que usaba para firmar todo libro.

Claro, ve y toma asiento arriba, pide lo que quieras, yo invito.

Añadió entonces antes de hacer un ademan de despedida con una de sus manos y proceder a invitar a pasar a la siguiente persona a la espera de su firma, reanudando así sus labores, firmando y agradeciendo a cada persona con la que cruzaba palabras, aunque ahora, cada que hacia algún dibujo en la hoja, la presencia de aquella estrella seguía presente pues, Orpheus ya era incapaz de sacar de su cabeza aquella joven.

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