No fue capaz de negar aquello, lo era en realidad aunque eso de chaneke ya fue algo agregado sin necesidad por parte de Mostima. La perdonaría solamente porque menciono que podrían ir a pasear. — ¡Oi pequeñas ratas con alas, no se atrevan a abrir el paquete o yo mismo me encargaré de rebajarlo de su cheque.! — Su perfecta imitación del jefe al tomar unos lentes de sol y una pluma la cual llevo a su boca para simular un puro.
—Eres un pequeño chaneke belicoso, Exia.— Se burló, subiendo del lado del conductor y giró la llave. La camioneta rugió al encender. —Vamos, no fue tan malo, además nos ha quedado tiempo suficiente para ir a pasear.— La miró de reojo mientras pisaba el acelerador. —Lo que no entiendo es por qué Emperor nos pidió traer un vehículo tan grande para recoger una caja. Deberíamos abrirla.
Asintió y de un salto bajó de su lugar, abrió la puerta de su lado y subió esperando a la mayor. — Pensé que habría un poco más de aventura, solo fue recoger un aburrido encargo. No gaste ni una sola bala.
