/Encantadora, así puede describir a su adorada loba. No importaba si no decía cosas iguales porque sus actos hablaban por ella; Death hizo la cabeza a un lado, alzando una mano hacia su suave cabellera. Ah. ~
— Las palabras de Death plantan un rubor en el rostro de la albina. No, no iba a decir algo igual de cariñoso. Optó por levantarse un poco y darle algunos besos suaves por el cuello.—
/Ríe a labios cerrados, y se inclinó lo suficiente para plantar un beso sobre su frente. Poco después es que se ha sentado a su lado. A mi también, es lindo, y maravilloso.
Lo sé. — No había duda en su mirada, ni en el tono de su voz. Helena estaba tranquila, especialmente pacífica ante el toque de la mujer.— Me gusta que sea así...
Oh, Helena... /Negó con la cabeza, pero la sonrisa fácilmente adornó su semblante. Fue inclinándose, todo para sostener suave su mejilla con la yema de los dedos. Por supuesto que lo estoy, incluso yo, ya soy tuya. Claro que tú también eres mía.
¿Hablas en serio? — Giró en la cama, colocándose boca arriba. De esa forma podía mirar mejor a Death, y sonreír sin esfuerzo.— ¿Tú estás incluida en todo?
