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Aunque diga eso, una parte se siente responsable. Piensa en lo imposible, en que pudo ser diferente si a los dos los hubiera encontrado Guren.

En el semblante de Yuu hay visible consternación.

—Mika, si pudiera tomarte he irme lejos contigo en este instante, lo haría…, —Lo sujeta del rostro con las dos manos para así verlo a los ojos, descubriendo el rojo del iris en ellos—, pero un nuevo propósito acaba de nacer, y ese es, salvarte, para conseguirlo necesito continuar donde estoy. Me he vuelto fuerte pero no es suficiente.

El Mika a quien abraza no es una mentira creada por su subconsciente… ¿cierto? Es tan real como las lágrimas que lo acompañan ahora, ¿verdad...?

—Creí que te había perdido para siempre… Mika… Al huir, yo… Un momento ¿Qué acabas de decir? —lo mira sin comprender, la voz de su cabeza repite: “me convertí en lo que tú mas odiaste" y entonces lo entiende.

—Un vampiro… Fue por qué te deje atrás, ¿fue por eso verdad? ¡Si me hubiera quedado, entonces tú…! —Comenzaba a alzar la voz, pero se interrumpió—... Yo nunca podría odiarte, eres mi familia. ¿Como puedes siquiera pensarlo? No eres como ellos, esos malditos chupa sangre...

—¿Mika…? ¡Mika!

Nota la emoción en la voz de su único familiar vivo y al mirarlo, experimenta lo mismo. No demora mucho en llegar con él y aferrarse a esos hombros que varias veces ha tocado.

—Parece que han pasado otros cuatro años desde la última vez. Debo de estar exagerando. Pero lo cierto es que… estoy feliz de verte. —Menciona con una sonrisa que apenas deja ver sus dientes—. Mika…

*Cuan melodía se esconde en su mente, prosiguió con ésa sutil sonrisa propia de un demente, sustrayendo la sangre del cuerpo de su víctima, olfateando la frescura de la sangre que emerge de aquella blanca piel y se desliza a lo largo de las aguas que incrustó en cada zona especial del cuerpo.- Es obvio. -Respondió malévolo e infantil, esbozando una tierna sonrisa que muestra esos mortíferos colmillos entre la pálida comisura de sus labios.-

*La sangre que había estado degustando en su perversa imaginación fué servida en un par de copas con mayor agilidad similar al de un cirujano. Llenó hasta el tope cada recipiente cristalino y le entregó una al rubio vampiro que le acompaña.-- ¡Vamos, vamos! Brindemos por otro día más de muerte, la sangre es la vida y la locura es parte de todo ser que ama a los hijos de la noche. -Reiría como un psicópata, burlándose del trágico final de aquella pobre chica a la que le iba drenando la vida paulatinamente sin un gesto de misericordia o humanidad ¡Oh, no, claro que no! Aquello no existe en la naturaleza de los vampiros. Así que simplemente, el adolescente pelilaceo bebió degustando ese sabor que motiva a seguir matando por toda la eternidad.- - Delicioso. ¿Verdad? -Relamió sus labios con sutileza, fijando ambos orbes en su acompañante dejando el cuerpo en ésa posición realmente embarazosa.- Ahora es cuando que debo comenzar con mi obra maestra, y usted, es el invitado de honor.

*Lloraba y gimoteaba ésa virginal jovencita, sintiéndose extrañamente perturbada por la mirada escarlata del joven Mikaela. Antes de que Kanato hablase, ella intentaba zafarse de las ataduras que le aferran permanecer en esa camilla.*

¿?: Por favor, ... no me haga ésto, no he hecho nada malo. -Cerró sus ojos y sus lágrimas brotaron hasta deslizarse por sus tersas mejillas. El botón de sus bien formados pezones se iba endureciendo, su piel se tornaba más pálida de lo normal y su piel se iba erizando por el escalofrío que experimenta.-

- ¡Listo!-Dijo Kanato en una actitud efusiva, llegando frente a ambos, trayendo consigo instrumental quirúrgico, incluso habían materiales domésticos poco adecuados para una incisión, pero Kanato siempre disfruta hacer sus trabajos con la mayor artesanía que sus maldecidas manos pueden realizar.- Comencemos.

*La chica lloraría, implorando por su vida, sintiendo el miedo recorrer en ella. Cualquier asesino hubiese torturado a su victima, en cambio, Kanato era más pasivo porque no quería marcar el hermoso "lienzo" con el que trabajará para otra de sus grandes obras. Entonces, el perverso vampiro tomó diversas agujas y ligas, cuyo fin es utilizar la liga para hacer un nudo en alguna extremidad, luego palpar las venas más permeables y con mejor aspecto, después adentrar una aguja para liberar la sangre de las venas, de éste modo, él podrá tener su resguardo de sangre, como si fuese una golosina, y también un cuerpo limpio de toda manchadura, corte, golpe y hematoma en la piel. La inserción de agujas fueron colocadas en: manos, piernas, brazos, cuello, cabeza, muslos, dedos.*

[code]✶ El clima era bastante caluroso a pesar de ser ya pasada de la media noche, una leyenda rondaba por las calles de ese pequeño pueblo con un máximo de 300 habitantes, por lo que antes de llegar a esa hora las personas se apresuraban a cerrar puertas y ventanas, colgando en la entrada principal un pequeño saco de arroz envuelto con una red color verde. Todo se debía a las historias que los ancianos contaban a sus nietos y que esos chiquillos contaban a sus amigos, pero como siempre, las personas distorsionan en demasía las leyendas para agregarles una pizca de ese temor para que creciera en el estómago de los demás, hasta el último habitante. La historia decía que una mujer de largos y violetas cabellos se presentaría todas las noches que la luna esté en lo más alto para alumbrar su camino y recibirla con un silencio abrazador, al igual que los árboles extenderían sus ramas hasta el suelo en señal de respeto a la fémina, todo envuelto en un calor un tanto sofocante debido a que deseaban calentar su frío y desolado corazón. ✶
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PERDÓNAME T^T Sé que es corto y muy feo, pero realmente mi imaginación no me ayuda y ya quería tener un rol. ¡Prometo que lo haré bien a partir de ahora!

*Tomoko negó de un lado a otro con increíble nerviosismo que lejos de ser miedo, era total y pura timidez, tal y cómo lo había demostrado desde el momento que conoció al rubio frente aquella fuente de cristalinas aguas.- E-etto... t-tu ...n-no e-eres ... c-cómo ... e-e-llos... T-tu ... e-eres bueno, ... conmigo. -Inclinó su mirada sintiéndose avergonzada de haber hablado algo que sólo ella debe poseer dentro de su mente, cómo si fuese un tesoro dentro de una bóveda escondida para evitar que alguien descubra aquel valor.-

- Me complace oír que mi arte le agrada mucho. Estimado visitante, la noche es perfecta para las criaturas oscuras, sanguinarias e inhumanas. -Inquirió el malévolo muchacho, cuyos principios de noble siempre están presentes en cada conducta, movimiento y acto.-

*Poco después de unos 15 minutos, llegaron hasta topar con la parte final de la galería de arte, pero en ésta ocasión se ubican en otra puerta. Kanato se detuvo justo de frente y abrió sin colocar su mano a cercanías del picaporte y sin ejercer movimiento como cualquier "humano" realizaría con una chapa o una llave. La puerta se abrió dejando escapar un tétrico rechinido, así mismo, una oscuridad absoluta de una historia de terror.*

- Por aquí, por favor. - Entró primero él, y a cada paso que brindaba, la habitación se iba iluminando con las velas de los candelabros que adornan cada costado de las ventanas y el mobiliario que está decoración. Parecía ser una especie de laboratorio de experimentos, y justo ahí enmedio del lugar se haya una camilla cubierta con una manta de tono blanco. Kanato pronto retiró con suavidad una parte de la enorme prenda y ahí se encontraba una hermosa chica completamente desnuda atada de manos y pies.-


- Como podrá ver, estimado visitante. He aquí el comienzo de una buena obra. -volteó con un semblante siniestro y malévolo, embozando una cruel sonrisa en sus pálidos labios.- Ésta chica ha sido seleccionada para permanecer en mi grandiosa obra que realizaré con todas mis bellas muñecas, eso aún está en proceso, pero ha sido la elegida. -La chica había visto ahora a ambos muchachos con rostro que expresa verdadero horror, porque sabía bien la intención del jovencito, mismo que ahora retiró toda la manta de encima para mostrar al joven Mikaela la verdadera intención de aquel. - Y bien, ¿qué opina?, ¿hermosa, verdad? -relamió sus labios, saboreándose la sangre de la virginal joven que está por dejar seca, después realizará una serie de maniobras quirúrgicas para dejar el cadáver listo y preparado para una larga posteridad detrás de un cristal de exhibición-


¿?: Por favor, no me haga nada malo. Les daré a ambos lo que deseen, mi padre tiene mucho dinero. -Dijo la desdichada chica en un intento burdo por salir ilesa de lo inevitable. Entretanto, Kanato iba preparando los instrumentos, dejando por un momento a solas al rubio y la joven prisionera.-