-Era imposible para ella decidir si sentirse aliviada o humillada, a final de cuentas, era evidente quién había obtenido la victoria en todo aspecto. Frunció leve el ceño, sintiendo sus mejillas arder por el rubor que predominaba en su rostro; finalmente, tragó saliva y se dispuso a musitar.- S...Sólo te... -Respiró profundamente. Eran palabras demasiado difíciles de formular, pero era evidente el esfuerzo que la joven hacia por cumplir la orden.- Sólo te... pertenezco a ti... Keith..
-Entonces empieza por cumplir la orden que te di!. - Sonriendo victorioso le acaricia la mejilla justo después de unas pequeñas bofetadas suaves en la mejilla. Aún no la dejaba parar obligando a que dijera en voz alta que era de su pertenencia -.
-¿¡Qué demonios había dicho!? No podía hablar en serio... Ya una vez la había humillado en un vagón, no soportaría una segunda vez. Sujetó entre sus manos parte de la tela de su playera y añadió suplicante.- Aquí no... Te juro que... Haré lo que pidas, pero vamos a otro sitio. -Y así su orgullo caía a pedazos de nuevo, pero era preferible a volver a ser humillada en público.-
-Cállate y abre la boca. - Ordena sin remordimiento ante su mirada hacia él. - Te voy a enseñar modales y respetar a tu dueño. Vamos a empezar con una pequeña clase de repaso. - Dice de manera engreída -.
-Y como había temido, sus palabras aumentaron la voluntad del azabache en lugar de disminuirla; sintiendo su cuerpo ser forzado a hincarse frente a él. Abre de par en par sus ojos y observa a su alrededor, murmurando para que sólo él la escuchara.- ¿Acaso perdiste la razón? No puedes hacerme esto aquí -Musitó mirándolo directamente a los ojos justo como lo había pedido.-
-Te vas a arrepentir. - Es lo único que responde tras el apasionante beso y, tras decir sus escasas frases la toma del cuello, la pone de rodillas y frente a ella empieza sus maneras de conseguir lo que quiere. - Mírame a los ojos. -
-Su aliento era arrebatado ante el apasionado beso, luchando contra sí misma para impedir caer de nuevo. Coloca ambas manos sobre el pecho de su “némesis”, manteniendo así un diminuto espacio que le brindara un poco de aire y control a la joven detective. Su mirar tembloriento daba veracidad a las declaraciones hechas por el azabache, pero su silencio era lo único que evitaba darle la satisfacción total que él buscaba con tal demanda. Mis labios se curvan en una desafiante sonrisa que buscaba recoger los pedazos de su orgullo y finalmente pudo articular.-
Jamás te daré esa satisfacción ~-Pese a su seguridad mostrada, en el interior temía que sus palabras provocaran a su contrario y resultara contraproducente su tan arriesgado movimiento.-
-Rodeando su lengua con la suya la aprieta más a su cuerpo. - Me perteneces, Mitsuo. Quiero que lo repitas. - Dice Keith con una lujuria y una mirada acechadora.- Entre sus peticiones se encontraba esa, la que sabía que más le costaría decir a ella y la que más satisfacción le dará a Keith. -
-Frunce el ceño al notar la mofa en sus palabras. ¡Se estaba burlando! Y mientras tanto, su cuerpo suplicaba sentirlo más... Mitsu estaba enloqueciendo, debía decir algo, pero algo que realmente la ayudara y no la humillara más, pero... ¿Qué? El silencio era la única opción que había encontrado para impedir darle más poder del que ya tenía el azabache, pero mientras ella se ocultaba en el silencio... Su contrincante daba pasos agrandados en su ataque, humillando a la joven con nimiedades. Abrió la boca para emitir alguna queja, sin esperar que aquel tomara la iniciativa en robarle un pecaminoso beso.-
