Lo eres, yo nunca te dije en donde vivo, digo no me molestaría si un día me haces una visita sorpresa, solo no esperaba eso de ti. —Sonrió con sarcasmo mirándole fijamente.—

—No pudo evitar gruñir nuevamente para después suspirar.— Me acabas de llamar acosadora.

¿Y qué es lo que creo? —Comenzó a frotarse el mentón de manera pensativa esperando por su respuesta a la vez que disfrutaba de provocarle reacciones tan tiernas.—

¡Ah! Claro que no es lo que crees. —Suspiró ruborizandose pero tampoco sabía cómo excusarse por lo que volvió a suspirar soltando un gruñido.—

Ahora me siento acosado. —Se apartó fingiendo estar aterrado por la idea.—

Por… bueno… ya sabes. [?]

¿Cómo sabes eso?

Tu casa queda para el otro lado. [?]

Estaba de camino a casa cuando te vi pasar.

La discusión era de todas formas de qué estabas haciendo aquí.