— Claro...

Se levantó arrastrando las llaves de aquella mesa para ir a la puerta y bajar con aquella chica. Blaze se puso sus zapatos calzandolos y luego tomo su bolso que estaba al lado de la puerta, se hizo una cola alta con su cabello medio corto.

— Voy tarde, apúrate.

Qué directa era, pensó fijándose en las piernas para luego seguir con su mirada a la chica. Parecía mayor, por cómo actuaba.

— Sí...

Despacio se hace en pie y, por alguna razón se ve en la necesidad de arreglarse el cabello rápido antes de que la chica vuelva a mirarle.

— Muchas gracias por tu ayuda. Y lo siento, voy apurada de un lado a otro, no te vi y por eso...chocamos.

Vivía cómodamente al lado del instituto, podía llegar puntual o a veces tarde, dependía del día y de como se sintiera, Blaze era alguien de personalidad que se estresaba fácil, sufría de dolores de cabeza por cefalea tensiónal. Evitaba hablar con las personas para no enojarse, sin embargo aquella chica no le causó molestia en absoluto.

— Me llamo Blaze. Voy en los turnos de mañana, tu igual, te he visto por los pasillos.

Termino de curar y coloco una venda para cubrir las heridas "graves", la albina se levantó recogiendo su botiquín dejandolo en una mesa.

— ¿Clase B?

Pregunta sin mirarle mientras seguía arreglando.

— No me molesta nada.

Pero todavía tenía su mirada cristalizada y cabizbaja suspira. Se sentía mal, perdería otra clase porque si su profesor notaba esas piernas, se negaría a dejarla ensayar.

— Soy Miruna. ¿Cómo te llamas? No te he visto en el instituto...

Si la había visto, pero de esa manera podía obtener algún que otro detalle de esa chica tan seria.

Blaze era fría como un témpano, su expresión se poso en los orbes ajenos de esa chica.

— Aún no.

Bajo la mirada terminando de limpiar otros raspones, con un poco de agua oxigenada inicio la limpieza en esas heridas.

— Quizás te moleste un poco pero es menos agresivo que el alcohol.

El algodón se posó en su rodilla y parte de las piernas bajas.

Miruna era muy llorona, eso decían todos. Le afectaban las situaciones más de lo usual, por eso tenía una expresión de tristeza en el rostro observando cómo la chica limpiaba sus piernas. No dolía, pero le impresionaba ver su piel con tantos raspones.

— ¿Ya está? Tengo...snif... clase de ballet en un rato.

Era amable con aquella chica, recién se habían conocido pero Blaze había tenido la culpa de que ella se tropezara y se cayera de rodillas, con sus manos y un poco de agua limpiaba aquellos raspones a lo largo de su pierna, le sostenía firme y con delicadeza, estaba en silencio mientras hacia su labor en su propio departamento.

Aquella chica estaba sentada en la sala y Blaze de rodilla atendiendole, con una toalla pequeña y un balde bajo pero amplio para que sus pies quedarán cómodos y el agua no salpicara. Hacia su labor en silencio.