Era demasiado adictivo... Demasiado. Tenía sus ojos cerrados, su cabeza ladeada con sutileza, podían estar más cómodas. Su instinto la guiaba, Blaze posó esas manos con calma en las caderas de Miruna atrayendola encima de ella, dejo que la joven se acomodase agusto a horcajadas encima de la albina.

Esas manos apretaron el lumbar de la contraria, esos pechos estaban pronunciados en Blaze ahora.
Quiso un poco más, lamió los labios ajenos asomando su lengua en esos besos para acariciar la de Miruna. Oh por Dios... Eso se estaba tornado aún más erótico y sensual. La albina pudo sentir lo débil que se ponía ante Miruna ¿Ella sentiría lo mismo?.

Esas manos curiosas se fueron en caricias amables debajo de las prendas de Miruna, era un permiso táctil que pedía a la contraria ¿Se dejaría? Continuaría en esas caricias permisivas hasta explorar con más amplitud aquella piel.

— Tampoco sé. Pero me gusta cuando nos besamos...

La experiencia de la joven Miruna en la cama era sólo con un chico; una chica era algo totalmente nuevo y diferente. No sabía qué tanto estaba dispuesta a hacer Blaze, pero ella estaba segura de algo. Quería más de esos labios, y no en la mejilla.

Movió su cabeza hasta que la boca quedó en posición sobre la ajena. Le tomó de la mano a su vez, entrelazando sus dedos con suavidad. Y nuevamente inició un beso relajado, explorando y jugando a intensificar poco a poco.

No sabía con exactitud que iban hacer, Blaze nunca había estado sexualmente con alguien pero si sabía darse placer así misma y últimamente en algunas noches, el pensar en Miruna de otra forma... Tenía a la adolescente caliente tocándose e imaginando escenarios por días, se sentía una asquerosa pervertida, le avergonzaba si, pero no negaba su deseo por su compañera de clases.

La albina se sentó en la cama con Miruna ayudándole a retirarse en ambas sus zapatos y colocarse cómodas. ¿Estaba siendo muy atenta? Blaze se dió cuenta que era atenta cuando alguien le interesaba y esa era aquella chica.

Ya sentadas a lo largo de la cama una al lado de la otra, la albina le mira acercándose nuevamente.

— No sé cómo se empieza esto con pausas...

Retomar los besos era lo "complicado" más con la timidez de eso nuevo que hacían. Blaze dió un beso a la mejilla de Miruna sin alejar su rostro de esa piel, volvió a dar otro beso en espera de ser correspondida también pero a sus labios.

Para sorpresa y agrado de Miruna, Blaze fue directa en sus palabras y en mostrar que quería lo mismo.

Ese beso había sido diferente al primero, y al segundo. Uno más marcado y hasta intenso por la tranquilidad de estar a solas. Miruna la había abrazado por la cintura. Sus bocas ahora separas y la mirada en el rostro de la albina.
Miró después hacia la cama, y enrojeció con más fuerza.
Ya habían estado allí juntas pero no besándose. La castaña nunca estuvo haciendo algo tan romántico con una chica, solas en una habitación cerrada. Pero asintió tímida con la cabeza.

— Si...

Se sonrojo enseguida y sus orbes se abrieron notoriamente. Iba abrir la pizza pero su mirada va directamente a Miruna, claro que quería.

— Quiero besarte...

Dijo sintiendo esa sensación nuevamente de calor, cosquillas, sensaciones más extrañas en su vientre. Su mano fue a su propia nuca rascando está.

— Ven...

La toma enseguida de la muñeca para llevarla a su habitación.

El sonido de la puerta se sonó, Blaze apoyo su espalda en la puerta atrayendo a Miruna por las mejillas, enseguida la más alta le robó aquel beso dando inicio. Se sentía muy bien besarla ~ demasiado bien. Nuevamente sentía que su respiración se detenia al tocar mutuamente sus bocas.

El sonido al separarse nuevamente se escuchó, Blaze miraba a la pelinegro sonrojada.

— ¿Quieres acostarte en la cama?...

Se quitó la bufanda y el abrigo, frotándose la manos con energía. Tenía hambre, pero no quería ver la película.

Lo que quería era comer algo y besarla otra vez, pero seguramente había sido algo del momento.

— Está bien. La buscaré...

Con la laptop de Blaze sobre la mesa se dispuso a buscar la película. No, no, no. Alzó el rostro totalmente abrumada por un rojizo sonrojo.

— Blaze, ¿podemos...? Me gustaría... hacerlo otra vez. ¿Piensas que es raro?

Luego del cine Blaze hizo una parada para comprar algo de comer con Miruna, ella se quedaría ese día, así que la albina le haría pasar una excelente noche. Lo que había pasado en el cine le dió pie a ser más valiente, ya sabía los sentimientos de su contraria o eso entendía por el beso que se habían dado. En el camino solo hablaban de otras cosas, supuso que ambas se estaban distrayendo de todo lo que sentían.

Las llaves giraron en el pomo de la puerta dando la entrada a las dos, ya estaban en casa. Blaze encendió la luz de la sala retirándose su abrigo.

— Está haciendo frío afuera... Creo que podemos terminar de ver el final de la película online... Así sabemos que ocurrió.

Patrañas, vil excusa para sacar tema de conversación, colocaba la pizza en la mesa y sacaba el refresco de litro de las bolsas.