En ese momento ese encuentro predestinado estaba sucediendo, el hombre de largos cabellos azules se volteó y sonrió con suavidad hacia Medb, ¿Sabía él que ella había sido parte del complot para poder matarle por primera vez hace tanto tiempo?, en ese momento, no parecía saberlo o quizá no le importaba. Pero claramente recordaba el día en que Cú derrotó a todas las fuerzas de Medb que traía con ella, hasta el punto en que le perdonó la vida y le mantuvo de prisionera por un largo tiempo, aún así tratándole como una reina.
El muchacho esperó que ella bajara de la carroza, sus ojos se posaron en la mujer cuyo destino era el desdén mútuo entre ambos, por lo que agregó con calma. -Ha pasado demasiado tiempo, Medb. ¿Qué te ha traído a Ulster? No te veo acarreando banderas y estandartes de guerra para conquistar estas tierras, ni con 100 soldados para intentar tomarlas. -Agregó con respeto y calma, a pesar de la historia de ambos, añadiendo así. -¿Es verdad que sólo has venido a observar mi retorno? Quizá la diosa Morrigan tuvo piedad de mi ser y decidió que la otra vida no es un lugar para un guerrero como yo.-
Así mismo la gente se apartó pero al mismo tiempo, observaban y cuchicheaban, todos parecían interesados en el encuentro, pero estaban lo suficientemente asustados por lo que podría pasar como para quedarse demasiado cerca, así que observando de modo discreto pero continuando con sus propios menesteres, los hombres y mujeres del mercado continuaban haciendo lo suyo.